Orson Welles y yo

Basada en la novela escrita por Robert Kaplow que cuenta la puesta en marcha por Orson Welles del "Julio Cesar" de Shakespeare en el Mercury Theatre de Nueva York, y utilizando como hilo conductor al ficticio personaje de Richard Samuels (Zac Efron), un idealista joven que aspira a ser actor y que logra ser incluido en el reparto para el papel de Lucious tras una breve charla con Orson Welles (Christian McKay) en la que a la pregunta de este sobre su habilidad con el ukelele le responde que está hablando con un virtuoso de dicho instrumento, estamos ante otra de esas siempre interesantes películas con las que Richard Linklater se viene descolgando a lo largo de su ecléctica filmografía .

Magníficamente ambientada y con un excelente diseño de producción y vestuario, la acción transcurre entre ese comienzo de los ensayos y el estreno de la obra, conteniendo en su coral trama varias historias; de iniciación a las jugarretas de la vida y a los vaivenes sentimentales cuando seguimos a ese impetuoso y atrevido chaval que tan bien y acertadamente interpreta Zac Efron (este papel supone su puesta de largo como interesante actor); de ambición y fresca amoral claridad en como trepar en la industria a través del personaje de Claire Danes (desde que la vi interpretando a la autista Temple Grandin en la excelente tv movie de HBO, "Temple Grandin 2010", esta chica me tiene ganado); de emotiva carga mitómana, tanto cuando seguimos a Orson Welles en sus arranques de genio y egolatría (impresionante Christian McKay), como en las escenas que recrean la obra de Shakespeare; de vitalista y optimista comedia en las relaciones entre todos los implicados en la función, actores (especialmente Ben Chaplin en el papel del actor ingles inglés George Coulouris, y una divertida Kelly Reilly – la rubia de "Eden Lake 2008"), Welles, equipo técnico, músicos y demás; de muy logrado fresco histórico de esa Nueva York entreguerras y post depresión; y finalmente volviendo al personaje de Efron, de veraz y mínima historia romántica.

En resumen, interesante y entretenida película que sin grandes aspavientos ni giros de guión, y con una muy buena banda sonora, te instala una sonrisa en el comienzo de su metraje que ya no te abandona durante toda la función, y desprende toda ella un halo de veracidad en descripción de ambiente y personajes realmente acertado, además de lo interesante y emotivo para cualquier amante del cine, del magnífico retrato que de Orson Welles y sus circunstancias hace Christian McKay.

Supongo que, en el caso de que se estrene algún día en nuestro país, el título de la película será Orson Welles y yo. Sin embargo, no me extrañaría que la titularan Peloteo entre bambalinas, Amor en las tablas, La fauna de Broadway, La vida es puro teatro o alguna tontería parecida. Pero como no ha llegado aquí, la dejamos con su título original. Me es un joven (Zac Efron) llamado Richard Samuels que tiene la gran suerte de cruzarse un día en el camino de Orson Welles mientras está preparando el inminente estreno de la obra shakesperiana Julio Cesar en un teatro de Broadway. Aunque Welles es desconocido como director de cine —estamos en el año 1937—, ya empieza a despuntar como actor y director teatral. El joven Richard cae bien a Orson y consigue un pequeño papel en la obra.

El personaje vertebrador y guía de la narración es Richard Samuels; pero es Orson Welles, interpretado impresionantemente por el debutante Christian McKay, el que apunta y dispara en cada secuencia y el que introduce la mayoría de los conflictos en la historia. Y los conflictos, aunque la mayoría comunes en el caso de este film, están perfectamente resueltos: la ilusión de entrar en el mundo del espectáculo, la desilusión de descubrirlo, el egocentrismo de las estrellas emergentes, la infidelidad, el hacer cualquier cosa por triunfar y el pánico escénico.

Como fan que soy de las extraordinarias Antes del amanecer y Antes de atardecer, tenía que ver una nueva obra de Linklater. Los diálogos de Me & Orson Welles no tienen nada que ver con el realismo verborreico de las anteriores películas, pero aún así estamos ante una película de época dinámica, divertida, muy bien realizada y donde vemos todos los conflictos anteriormente citados, combinados con muy buenos momentos teatrales. Está claro que el director ha mezclado teatro y cine perfectamente. La pena es que si os apetece verla, solamente puedo recomendaros medios legalmente dudosos, pero necesarios si siguen subiendo el IVA o si siguen ninguneando productos interesantes. Eso, o hacer como yo, ir al posiblemente mejor videoclub del mundo: el Stromboli (Ruzafa, Valencia).

Ya que he positivado la película, voy a poner un negativo a algo. Un negativo para la secuencia en la que Zac Efron tiene que cantar dentro de la obra teatral, pues durante unos segundos y por su forma de cantar parece que estés viendo High School Musical 3.

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Película ideal para gente de teatro porque reconocerá algunos conflictos habituales propios de las tablas. Pero también es un film recomendable para otro público pues tiene un buen guión, buenos actores, buena música y una excelente ambientación de la época.
Al director, Richar Linklater, le tenía yo crucificado por la película "Antes del amanecer" con sus insufribles e interminables diálogos. Sin embargo en esta película hay que reconocer un magnífico trabajo.
Los actores en general bien. Christian McKay da una buena réplica de Orson Wells (y no es fácil emular al genio), Zac Efron es correcto en general pero coincido en que su escena cantada queda ñoña, Claire Danes tiene un magnetismo que cautiva, la verdad es que dan ganas de conocerla, el resto del reparto cumple perfectamente.
La película me recuerda a "Mi semana con Marilyn", si os ha gustado ésta podéis ver aquella.

Qué mas pedir?. Un buen guion, Buenas interpretaciones (excepcional la de C. McKay), buena ambientación de la Nueva York de 1937, Buena banda musical y un argumento que deleitará a los aficionados al cine y fans de Orson Welles. Mantine el interés y hace suspirar por este tipo de cine, inteligente y divertido.

Señor Christian McKay, déjeme decirle que ha quedado en la historia del cine como un gran intérprete del gran Orson Welles. Eso ya dice mucho de este filme en el que el cine se inserta en la vida de un gran director y el director se inserta en una gran obra de teatro, César, de Shakespeare. Ah, sí, en medio de todo aparece un jovencito que quiere ser actor, interpretado por Zac Efron, y una relación poco interesante con una poco interesante Claire Danes, pero qué le vamos a hacer. McKay se echa al hombro la obra en todo sentido, en el teatral, en el actoral, en el fílmico. Ello hace que la película se ennoblezca y que el espectador se regocije. Buenos diálogos, grandes escenarios, vestuario elegante. Es un homenaje al hombre Orson Welles.