Star Trek: Strange New Worlds (Serie de TV)

Sin duda alguna un gran acierto el retomar el viejo formato, tanto de acción, humor y nostalgia, que crearon el universo más extenso de la historia de la televisión.

Hablar de Star Trek es hablar de la saga más extensa hasta ahora concebida, a menos que allá otra que no conozco. Una saga que lleva casi 60 años de emisión ininterrumpida que cuenta con millones de adeptos.

Esta nueva serie nos remonta al principio, no solo de la historia, sino del concepto tanto filosófico como argumental.

En pocas palabras puede convertirse quizás una serie icono, como TOS o TNG, ya que tiene todo para lograrlo.

La textura de la serie se siente similar a TOS (la serie original estrenada en 1966) tanto en lo visual como en lo argumental, esto claro considerando no solo los avances tecnológicos de nuestra época actual que le imprimen a Strange New World un excelente cuidado visual presente como lo intrincado de una narrativa a la altura de lo que podríamos esperar hoy en día.

Si bien se nota una evolución obligada en las caracterizaciones de los personajes y las historias, puedo decir convencido que esa evolución se percibe lineal y no forzada con respecto a TOS.


Vista toda la primera temporada y continuo muy contento con el resultado.

Humanos torturados, sin carisma, con conflictos convencionales y fuertemente armados.

Lo que distinguía a las series originales en las que intervino Roddenberry del resto de las producciones sci-fi era su espíritu de exploración que hacía que los tripulantes visitarán los planetas vestidos con sus trajes multicolores y en la mayoría de las ocasiones, sobre todo los de STNG, sin tener que desenfundar un arma. Aquí, cada vez que bajan a un planeta parece un episodio más de Stargate, con sus cazadoras paramilitares y sus rifles phaser apuntando en todas direcciones.

Lo que distinguía a las series originales era una diversidad de personajes representando a diferentes especies con nudos argumentales propios de su naturaleza y con un estado de ánimo optimista. Aquí, la mayoría son humanos, o se declaran de otra especie pero con apariencia completamente humana, conflictos de relaciones convencionales que se pueden encontrar en cualquier otra serie y con unas vidas desgraciadas que hace a la mitad de ellos estar la mayor parte del tiempo con gesto constreñido, empezando por el mismo capitán, cuya probable muerte ya le tortura desde el primer episodio.

Lo que distinguía a las series originales, y particularmente STNG, era que cada vez que veías un episodio experimentabas la sensación de que estabas viendo algo que ninguna otra serie podía ofrecerte, salvo en forma de sucedáneos poco logrados. Aquí, los episodios se olvidan a medida que se ven y con una duración aproximadamente igual que sus predecesoras se hacen largos, largos, largos….

Conclusión: para hacer Star Trek no basta con meter a siete personajes vestidos con niquis de diferentes colores en una nave, del mismo modo que para hacer Superman no basta con poner al actor una capa, algo que debería resultar a estas alturas obvio, pero que parecen ignorar los que perpetran productos tan mediocres y sin espíritu como los actuales representantes de las franquicias mentadas.

Tras las flojas series protagonizadas por Patrick Stewart y la abominación que ha supuesto "Star Trek Diversity"- perdón "Star Trek Discovery" ¿en que estaré yo pensando? - series sujetas en mayor o menor medida a la abyecta y distópica propaganda ideológica que contamina la producción televisiva y cinematográfica allá en los EE.UU. y que ha condicionado guiones y personajes de manera lamentable, poco esperaba de "Strange New Worlds"

Lo único bueno de la segunda temporada de la herejía de "Star Trek Diversity", fue la presentación del Capitán Pike- encarnado por un carismático Anson Mount- y de una nueva encarnación de Spock, en manos del nieto de Gregory Peck.

Pike es un personaje mítico para cualquier trekkie. Fue el segundo capitán de la "Enterprise" - el primero fue Robert April - pero también fue el protagonista del episodio piloto de la serie original "Star Trek" allá en los 60, jamás emitido y encarnado por Jeffrey Hunter. Ya el segundo episodio piloto la tripulación de la Enterprise fue la mundialmente conocida y encabezada por el Capitán Kirk. Este episodio jamás emitido fue parcialmente presentado en dos episodios de la serie con el triste destino de Pike; un destino magníficamente recreado en la serie "Discovery" y que aperecerá aquí también en forma de flashback. Porque PIke vió el futuro y sabe lo que le espera.

Anson Mount compone un magnífico Pike, aunque su peinado parece de ciencia-ficción. Intenta no emular al capitán Kirk, aunque le cuesta, ya que, en el fondo, eran personajes muy parecidos. Con todo, Mount crea un personaje menos individualista, paciente, reflexivo pero no menos aguerrido. ¿Y que hay de su tripulación? Nada que ver con la conocida del episodio piloto. Se nota la mano de la corrección política, aunque no queda mal. Tenemos cinco varones y cinco mujeres como personajes recurrentes, cuando en la serie original tan solo habían dos mujeres. El Spock de Peck es distinto, pero convence. Tiene ese algo que necesitan los personajes para gustar. Por etnias, nos encontraremos con dos personajes africanos - no afroamericanos - que corresponden a la cadete Uhura y al Doctor M'Benga. Hay licencias que se toma la serie y que son heréticas. Pike jamás conoció a Uhura, ni tampoco a la enfermera Chapel, que formaron parte de la tripulación de Kirk. Eso es un error. El médico de Pike, en el episodio piloto era blanco y se llamaba Dr. Boyce. Me gusta el actor que encarna a M'Benga. Su dicción en inglés es muy personal y su interpretación magnífica. Un acierto. También tendremos a un aenar, un alienígena ciego, como jefe de ingenieros, y a un tal Kyle como encargado de transporte que apenas aparece. En el puente de mando, predominantemente femenino, tenemos a la piloto Ortegas -la cuota latina con un apellido mal escrito, propio de los anglos ignorantes-, una descendiente de Noonian Singh, la némesis más famosa de Kirk y que fue encarnada en cine y televisión por Ricardo Montalbán y la Numero Uno, único personaje que sí salía, junto a Spock, en el episodio piloto de 1966.

Por suerte, y al contrario que en la basura de "Star Trek Discovery" aquí conoceremos a los miembros de la tripulación inmediatamente y no tendremos que tardar una temporada. Aquí son protagonistas, no meros adornos o figurantes como así ocurría en la vomitiva herejía.

La serie intenta tener la esencia de "Star Trek". Es dificil, ya que dos series de fans- "Star Trek continues" y "Star Trek Phase II/new voyages"- le han dejado el listón muy alto. Con todo tiene numerosas referencias al Universo trek. Spock hablará de su mascota - que aparece en la serie animada- y de su misterioso medio hermano Sybok- que aparece en el filme Star Trek V. También aparecerá Robert April, aunque con su etnia cambiada ya que era blanco en la serie animada donde se le vió por primera vez y luego en la fan movie "Star Trek: First Frontier". También nos mostrarán a la novia de Spock y la relación potencialmente amorosa entre Spock y la enfermera Chapel, todo ello lo veremos desarrollado en la serie de los 60. Incluso la música recuerda a la de la serie original. Todo un homenaje.
Desgraciadamente, también menciona los hechos de la serie "Discovery" y la gran estupidez que supuso inventarse una hermana humana para Spock, algo absurdo e injustificable y que destruye todo aquello que se construyó para el personaje de Spock y su relación con su padre y los vulcanos. Ojalá deje de ser canon.

La ambientación, escenografía y vestuario también es repetuosa con la serie original y con la cronología en la que se sitúa. No como en la "Discovery", auténtico catálogo de aberraciones que destrozaban la continuidad del universo Trek, como esos ridículos klingons.

Las historias se centran en los personajes más que en la acción en sí. Hay episodios magníficos, como el del ataque de los Gorn, aquella especie reptiliana ridiculizada en "The Big Bang Theory" y que aquí, aún sin verlos, dan auténtico pavor, como seres que cazan y devoran humanos. El nivel de los guiones roza la excelencia. Y son autoconclusivos. ¡Por fin!. Nos recuerda mucho a "The Orville" en su puesta en escena.

El casting es muy acertado así como la definición del carácter de los protagonistas. Empatizas rápido con ellos. Como con los de la serie original o con los de "La nueva Generación". Y eso es un punto. Además todos tienen historias personales que les enriquecen y trascenderán a lo narrado en las historias.

No se que camino tomará la serie, con tanto comisario político controlando este tipo de producciones, pero quizás, y solo quizás, mantenga ese espíritu Trek, y pueda llegar a ser una de esas series que recordaremos con los años. Tiene mimbres para ello. A ver si les dejan.

Entiendo que los que han puntuado esta nueva serie de la saga Trek son fans absolutos de la misma, “trekkies” convictos y confesos que van por la vida juntando los dedos índice y corazón y anular y meñique en una “V” y deseando “Larga vida y prosperidad”, a todo aquel con el que se cruzan. Entiendo que se dejen llevar por el sentimentalismo y la añoranza de la Star Trek canónica, y que en sus años mozos disfrutasen como enanos de “La Nueva Generación”, quizás la mejor serie de toda la saga y con las mejores interpretaciones, con permiso del fantástico capitán Lorca de la primera temporada de “Discovery”. Pero hombre, dar semejante nota (7,2 en el momento de escribir esto) a lo que no deja de ser una serie infantilona de “space opera” cuyos personajes y diálogos tienen la profundidad y madurez de una patata frita, es pasarse, pues la estás elevando casi a la categoría de serie de culto, de obra maestra.

Lo siento, pero tras ver los 10 episodios de esta primera temporada de “Star Trek: Strange New Worlds” puedo decir que ni uno de ellos se queda grabado en la memoria. Las tramas son muy tontas y simples, muy infantiles (en especial el episodio 8, “The Elysian Kingdom", se acerca peligrosamente al precipicio del ridículo con esa historia del cuento de hadas), muy mal desarrolladas (ahí tenemos a esa banda de piratas espaciales salidos de un oligofrénico que protagoniza el episodio “The Serene Squall", aunque disfrutar del tórrido “acercamiento” entre Spock y la enfermera Chapel compensa un poco tamaño delirio), o directamente plagiadas (el episodio 9, "All Those Who Wander", no es más que un “homenaje” a clásicos como “Alien” y “Depredador”), cuando no nuevas vueltas de tuerca sobre ideas muy sobadas en la saga, como los viajes temporales y los universos alternativos que en realidad no aportan nada (véase el último episodio, “ Quality of Mercy", para comprobarlo).

ACTUALIZACIÓN SEGUNDA TEMPORADA.

Vistos los 10 episodios de la segunda temporada en agosto de 2023, hay que decir que no hay nada nuevo bajo el Sol y que fuera de algún de episodio medianamente potable (como el segundo, el del juicio), esta serie sigue sin ser qué quiere ser de mayor y está pidiendo a gritos que alguien mínimamente competente escriba una “biblia” (documento con el hilo conductor de una serie) en condiciones. Vamos, que necesitan contratar a un buen “showrunner”.

La cima del despropósito viene de la mano de dos episodios: “Aquellos viejos científicos” (un disparatado “crossover” con la serie de animación “Star Trek Lower Decks”) y “Rapsodia subespacial” (un ¡musical! que es un ejemplo demoledor del daño que la epidemia de adicción al fentanilo está ocasionando en las mentes de los guionistas y productores estadounidenses).

Lamentable.

Así que es evidente que “Star Trek: Strange New Worlds” no me ha gustado y que la considero otro experimento fallido como “Star Trek Voyager”, que supuso una regresión argumental respecto de “Star Trek la Nueva Generación”, que dejó el listón muy alto, quizás demasiado. Es por eso que le pongo sólo un 3 de nota.

Acabo de ver el primer episodio de Strange New Worlds. Como aficionada al mundo Star Trek, puedo decir que es una de las mejores series que han salido de la factoría trekkie en mucho tiempo. Creo que la han hecho con mucho cariño y respeto a la serie original, y sin embargo es novedosa. Mantiene el espíritu de la original.

Anson Mount realiza un buen trabajo como el capitán Pike. Ethan Peck no logra superar la gran interpretación de Leonard Nimoy; intenta su propia versión del personaje, y como tal hay que valorarla. El resto del elenco, me parece simplemente correcto.

Tal vez, sólo con un episodio visionado, es pronto para puntuarla ....pero.... no se la pierdan.!