Crimen en la residencia

Sosa cinta (¡Con un título tan prometedor...!) pregiallo (si consideramos el punto de partida "El pájaro de las plumas de cristal" y no "La muchacha que sabía demasiado") en la que ya se pueden ver algunos códigos del género como los guantes de cuero negro para el asesino, los travellings en vista subjetiva de éste, ...

Lamentablemente es muy light. Intenta crear una atmósfera whodunit en una residencia femenina en la que casi todas sus inquilinas están de vacaciones. Es una pena, porque la película parece que va a ir al grano, tiene un arranque potente con un asesinato en la bañera y luego contrasta con fuerza presentándonos a estas chicas de uniforme en un entorno bucólico y luminoso.

El sentimiento de amenaza, pasado esto, empieza a decaer. No aparecen desnudos (a eso no le podemos llamar desnudos), lo cual es directamente criminal y los asesinatos son muy cutres y poco originales, sencillas estrangulaciones poco meditadas.

La resolución tiene el típico giro giallo, aunque a su favor hay que decir que no es completamente deus ex machina... a pesar de cargarse todo el juego previo.

Insípida, desaprovechada... "Nude... si muore" y sin desnudos, sin sangre, ... una dirección correcta, una historia floja... al menos las chicas son guapas también vestidas.

El abominable Antonio Margheriti fabricaba bodrios con una eficacia a prueba de bomba. 57 películas despachó a lo largo de su dilatada carrera, en la que manoseó todos los géneros sin el menor rubor si compasión. Como decimos ahora, Antonio se apuntaba a un bombardeo. En Crimen en la residencia (Nude si muore en su título original, que ya proclama a voz en grito sus intenciones) tenemos... una residencia, naturalmente, de hermosas señoritas, cómo no, entre las que deambula un sádico dispuesto a no dejar títere con cabeza. O sea, las chicas empiezan a morir, con más o menos ropa interior. Que nadie se haga ilusiones: salvo una escena que fue cortada, y que podéis ver en los extras, las muchachas no enseñan nada que valga la pena reseñar. O sea que lo de "nude" es una engañifa. ¿Dónde estaba? Ah. sí, Crimen en la residencia. Crímenes, para ser más preciso, que van acabando con algunas de las chicas más tontas del planeta Tierra. Hay que oírlas para creerlo. En este que se descuelga Michael Rennie, nuestro entrañable Klaatu, en plan detective de policía dispuesto a resolver el caso. Pobre hombre, qué diálogos ha de recitar. Lo que se suponía un giallo np lo es, una vez más, sino un tontorrón plan para hacerse con... No, no lo diré. Allá vosotros si queréis saber el intríngulis de este (encima) aburrido disparate. La infausta música de Carlo Savina, las espantosas interpretaciones en general, con especial mención a, como siempre, Mark Damon, y Eleonora Brown (sí, la hija de la Loren en Dos mujeres), la desganada dirección de Margheriti, todo, en fin, invita a alejarse del film a toda prisa y dejar pasar la ocasión. Pero siempre hay un idiota que se queda. Y luego os lo cuenta.

Giallo menor dirigido por Antonio Margheriti, que pese a contar con varios de los tópicos del género, resulta muy agradable de visionar hoy día.

Tiene un comienzo muy interesante (con un cadáver metido dentro de un baúl que llega a una residencia de mujeres), una trama interesante con diversos giros para que sospeches de unos y de otros, un giro final que será sorpresa para la mayoría, pero en mi caso, vi venir (aunque puede ser debido a la cantidad de giallos y slashers que he visto en mi vida) y un ritmo que no decae en ningún momento.

Como contrapunto a todo lo bueno citado, destacar unas muertes muy anodinas y flojas (estamos en los sesenta, Argento aún no había revolucionado el giallo y sus muertes), en las que alguna de las chicas parece que se muere sólo del roce, y la interpretación de una bellísima Eleonora Brown como protagonista, que crea un personaje al cual le coges hasta cierta tirria y, por lo menos en mi caso, deseas que sea la próxima víctima.

Tengo que averiguar cuál fue la primera película de chicas de internado siendo asesinadas, porque en el 68 se dieron varias.
Lo peor: todo lo que no tiene que ver de alguna manera con los asesinatos es aburrido y estúpido, en otras palabras, relleno. Sobre todo la relación de Lucille y Richard.
Lo mejor: cuando se concentra en la parte policial, mejora. Jill es uno de los pocos personajes de alivio cómico al que logran integrar bien en la parte policial, no es que su trama va en paralelo, sino que se involucra en la parte "seria".
Miss Transfield y Miss Martin, son una pareja lesbiana, peor sin que a esto lo muestren como algo abyecto o morboso como era la costumbre en la época y más en un exploitation. Digamos que fue una forma sutil de normalizar la homosexualidad femenina.