The Stone Wedding

El paisaje donde trabaja María es desolador, áspero, inclemente, sensaciones intensificadas por un hábil manejo del blanco y negro. El caballo blanco que la acompaña a todas partes se convierte en el testigo mudo de la tragedia que le rodea - de hecho es el único elemento unificador de ambas partes (junto a la encargada de la taberna del pueblo, lo cual no es menos significativo), pues los músicos se lo encuentran de camino a la boda, conminando el uno al otro a dejarlo por miedo a la mala suerte -, pareciendo que en cualquier momento vaya a derramar una lágrima como signo del dolor contenido por todos los que habitan esa tierra maldita. Toda la película está concebida en clave de tragedia griega, con unos coros siempre presentes que ponen al espectador al tanto del desastre en ciernes por la inevitabilidad del destino. Como vamos a tratar de explicar este es un tema fundamental en la cultura rumana.

En clave alegórica todo lo que vemos en la primera parte de "Nunta de piatra" es la representación de la maldición que pesa sobre Rumanía y, con ella, a los rumanos. Todos los elementos apuntan hacia ahí: la gran presencia de los tonos blancos (el caballo, las fachadas, las vetas de la mina) como signo de la inocencia de la familia de María, que ha ido pereciendo en la extracción del oro que servirá a los intereses de otros y que los mineros nunca disfrutarán y la virginidad de una hija que nunca podrá ser desposada (como metáfora del proyecto de vida abortado antes de haber pasado por todas sus diferentes fases vitales, es decir, la propia Rumanía, violentada por el destino, por sus élites dominantes, fuera cual fuera su color) pero que, como indica la tradición en Rumanía, es enterrada con un vestido de novia, que esperará en la eternidad a alguien digno de arrebatar su flor; así como los largos fundidos en negro, presagio del inevitable final.

El final de la segunda parte ofrece un lugar para la esperanza en ese intento desesperado de la novia por huir de un destino indeseado, de la mano del músico de la boda (la música como símbolo de lo único eterno e imperecedero). Sin embargo para María no hay esperanza, en un mundo que parece estar al revés podemos verla en el pequeño cementerio familiar junto a la casa cavando la tumba de su hija; no hay mayor tragedia posible: los viejos dando sepultura a los jóvenes. Estamos ante una sociedad en constante descomposición azotada por la represión de los ricos sobre los pobres, de los poderosos sobre los débiles. Para ella el futuro, si es que existe, está en manos de los jóvenes, a menos que la muerte les niegue su derecho a la vida, tal y como hizo con los suyos. Para los directores del film este es "Un pasado que no debe ser olvidado", porque entonces, como ahora, para millones de personas estaba de plena actualidad.