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V.O.S. (Versión original subtitulada)

Romance. Comedia Ficción y realidad se confunden en la historia de Clara (Àgata Roca), una mujer soltera decidida a tener un hijo con su amigo Manu (Paul Berrondo), ante la mirada atónita de Vicky (Vicenta Ndongo) y su pareja, Ander (Andrés Herrera), guionista empeñado en escribir una comedia romántica... Adaptación de la obra de teatro homónima de Carol López, sobre el amor y la amistad. (FILMAFFINITY)
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
29 de julio de 2009
28 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Refrescante e inteligente, "V.O.S." compone, con soltura, un mosaico para ofrecer un cuadrangular donde las relaciones entre sus distintos personajes confluyan con total naturalidad y, pese a esos espacios ficticios, a esa curiosa utilización del metacine, todas y cada una de sus reacciones, virtudes o defectos resulten tan palpables como si los elementos colindantes que intervienen en la ecuación y, en los que repararíamos habitualmente, ni existieran. De hecho, es ese factor el que otorga al último film del catalán Cesc Gay un tono mucho más distendido, logrando un ingenio que bordea un grato nivel y se propone como una alternativa humorística a los diversos romances planteados.

Compuesta básicamente por actores de televisión y teatro, las cotas alcanzadas gracias a actrices como Ágata Roca o Vicentan N'Dongo (a las que ya había visto en alguna otra ocasión) son más que satisfactorias. A ellas, les acompaña un dúo que hace justicia, y que cierra el apartado interpretativo con un sobresaliente, haciendo que tanto las escenas más dramáticas que componen este curioso ejercicio, como las cómicas, donde el garbo y el desparpajo deban darse cita como si nada, resulten del todo exquisitas.
En este último apartado, cabe destacar el uso de los distintos idiomas (tanto las expresiones o coletillas vascas, como la constante mezcla de catalán y castellano), que confiere una aportación maravillosa, y se descubre como otra de las grandes bazas de uno de los mayores sorpresones que me he llevado últimamente.

Es curioso, aun así, que una película como "V.O.S.", que crea esas afables dosis de empatía y con la que es tan fácil conectar, se pueda analizar en tan pocos párrafos, y es que esa es la gran ventaja que posee, que empleando recursos tan habilidosos como la mezcla de lenguas o el uso de espacios repletos de decorados y gente trabajando en ellos, rezuma una sencillez inaudita, la sencillez de un trabajo que se destapa con alegría y garra, y compone un perspicaz mosaico a través del que seguir los distintos movimientos de Clara, Vicky, Ander y Manu, haciendo de cada uno de cada uno de sus minutos un mágico momento al que agarrarse con nostalgia o tristeza y disfrutar, con la espontaneidad que Gay compone esta obra, junto a ellos. Como uno más en cualquier recoveco de la pantalla donde sentarse... y disfrutar.
Grandine
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26 de julio de 2009
23 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me ha gustado. La considero una película fallida. No he visto la obra de teatro de Carol López y no puedo opinar sobre ella, pero cuando una obra de teatro se lleva al cine es para darle un valor añadido: exteriores, localizaciones, mayores medios, reparto más nutrido, efectos especiales, profundización en algún aspecto del guión… No creo que ocurra eso en este caso. No he detectado posible valor añadido sobre un montaje teatral. La película despierta seguramente más claustrofobia que la obra de teatro original. Digo todo esto en el conocimiento de que el director de la película, Cesc Gay, es un creador de culto para la catalanofonía, pero lo expreso como lo siento, y espero que se tengan en cuenta mis argumentos que no mis prejuicios.

Creo que el recurso de la utilización de los distintos idiomas es contraproducente —a no ser que uno sea bilingüe— por mareante.

Otra innovación que considero disfuncional es ese mostrar las bambalinas que interrumpe la acción y hace perder naturalidad y fuerza a la trama argumental. ¿A cuento de qué viene en V.O.S. recordarnos con insistencia que estamos viendo una película? Si al Director Cesc Gay le ha parecido una idea rompedora puede que tenga razón: rompe el ritmo, la credibilidad de la acción y los nervios de los espectadores menos flemáticos.

Ágata Roca, Paul Berrondo, Andrés Herrera y Vicenta N'Dongo son buenos actores y hacen interpretaciones muy dignas, pero los personajes son todos muy sosos —carentes, según el diccionario, de gracia y viveza— y los femeninos, además, tristes. Y eso unido a lo ya reseñado le da un aire deprimente a la cinta, que trata, sobre todo de una que está encinta —sí… ya sé que hay mejores juegos de palabras—.

El argumento es muy manido. Las dobles parejas sólo motivan en el mus en la jugada de pares. Chica —la del mus no, la de carne y hueso— vive con chico que es amigo de chico que, mire Vd. por donde, se acaba interesando por la chica. O viceversa. O recontraviceversa. ¡Qué más da! Si en una película se conoce el planteamiento y el desenlace ¿qué nos aporta de nuevo? ¿cómo se justifica, a no ser que las peripecias entre el inicio y el final estén muy elaboradas, que no es el caso?

Como aspecto positivo, algunos diálogos muy conseguidos —no muchos más de cuatro, pero tampoco muchos menos de media docena—.

Vamos, que no la recomiendo pero contra el vicio de no recomendar está la virtud de ver la película; no ésta, cualquiera. Puede que a las películas les pase lo que a los libros: que no hay ninguno que sea malo; en el peor de los casos te ayuda a discernir.
Martes Carnaval
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15 de enero de 2010
13 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cesc Gay, poco a poco, va destapándose como un director bastante personal. En su anterior película, ya jugaba con la ficción y la realidad que cada personaje vivía. Pero no ha sido hasta ahora cuando a lo Kaufman, ha entrado de lleno en el meta-cine creando la vida en un decorado y rescatando de su anterior trabajo la ficción/no ficción hasta el extremo.

En sus últimos trabajos Cesc Gay había usado los silencios de los personajes de una manera envidiable, con el regreso del director a la comedia, vuelven también los diálogos ágiles y divertidos de sus primeros trabajos. Unido a un atrevido montaje (parodiado en la propia película), “V.O.S.” posee un estupendo sentido del ritmo.

Anticipándose a lo evidente, Gay abre la película con el desenlace. De esta forma evita que el espectador especule (quien lo hiciera) con su final. A final cantado, mejor contarlo al empezar, parece que nos quiere decir. Guión inteligente pero al que le faltan sutilezas y conjugar con mayor fortuna el drama con la comedia (o los silencios con los diálogos ágiles).

Quizá sea una de las propuestas más interesantes del cine español en mucho tiempo, y aunque el propio género corta las alas a esta tan arriesgada película, el guión sabe jugar la baza de auto parodiarse en su propia limitación (la nieve mientras se besan y suena el villancico rematado por ese “¿Dónde te crees que estás?, ¿en una película de Meg Ryan?”).
Chagolate con churros
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13 de julio de 2009
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
V.O.S. es el remake cinematográfico de la obra de teatro homónima que en 2005 presentaba en el Teatre Lliure de Barcelona la autora catalana Carol López. Propone un juego entre cuatro personajes, dos hombres, dos mujeres, y sus miradas distintas a una misma realidad. La diferente forma en que cada uno vive sus relaciones personales, el amor y la amistad son la trama de esta historia. Una historia contada mil veces en el teatro y también en el cine, quizás por eso Cesc Gay le da la vuelta completamente a cualquier cosa que el espectador espere ver y juega, de modo más que arriesgado, a que su relato tenga la menor credibilidad posible.

Se trata precisamente de que nada parezca real, de mentirnos constantemente, de que aquello que nos parezca verosímil quede sutilmente desmontado en la escena siguiente. Asistimos como espectadores al rodaje de la creación de un novelista que escribe la obra que estamos viendo. Los personajes son ellos mismos, cuatro amigos que rompen sus parejas, una traición por amor, el miedo al compromiso. Cesc Gay manipula al espectador. Su ficción en directo logra descolocarnos de tal modo que no sabemos cuando estamos asistiendo a lo que escribe el protagonista o a la realidad de sus relaciones personales. Puesta en escena con carpintería a la vista, como si del plató del rodaje de una película se tratase, donde los personajes se mueven entre bambalinas a sabiendas que todo es mentira mientras nos hacen creer su historia simulando con la realidad. Los cuatro actores, Vicenta Ngondo, Ágata Roca, Paul Berrondo y Andrés Herrera son los mismos que protagonizaron la obra de teatro, y aunque partían de un guión que la adptaba al cine, han participado en la transformación del resultado con su aportación, basada en el conocimiento de la obra, y con sus improvisaciones. El resultado es un film tremendamente original, repleto de excelentes diálogos llenos de inteligente ironía, juegos elípticos sobre lo cotidiano y humor, mucho humor, por momentos cruel, otras veces ácidamente romántico, que hacen que su encanto resida en cómo se cuenta más que en lo que propiamente pretende narrarnos.

Tal vez V.O.S. no es un film perfecto, siquiera de los mejores de Cesc Gay; lo que no se puede negar es que, además de arriesgado, por su puesta en escena y por su intencionada falta de credibilidad, estamos ante uno de los cineastas más interesantes e imaginativos con los que cuenta en la actualidad nuestra cantera cinematográfica. Mereció la pena verla, cuesta levantarse de la butaca cuando la escena del principio vuelve a aparecer en la pantalla presagiando el final inmediato. Sólo 86 minutos, que además pasaron volando.
babel36
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10 de agosto de 2009
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
En su nueva película, el catalán Cesc Gay dilapida su enorme talento por rendirse a los mandatos estéticos de la “modernez”. Como su anterior filmografía, V.O.S. exhala un aroma “alleniano” fuera de toda duda, pero a éste Gay le añade un innecesario planteamiento metacinematográfico que, además de no aportar absolutamente nada a la historia, entorpece su correcta fluidez.

Si el elemento metalinguístico (mezclar realidad y ficción mostrando deliberadamente las hechuras de la realización cinematográfica para así reflexionar sobre la creación fílmica) está más que justificado en –por citar algún ejemplo notable- los guiones de Charlie Kaufman, en V.O.S. se reduce a un truco demasiado barato e inasumible como para que encuentre un encaje adecuado en el guión. Ninguna reflexión ni novedad se desprende de esta elección, dando la sensación de que el director se está rigiendo más por el deseo de seguir una moda culta y arriesgada que por imperativos estrictamente artísticos y/o narrativos.

Además, la brillante naturalidad que empapó a películas como En la ciudad y Ficción, aquí no aparece hasta un desenlace cuyo ingenio corrige un poco el sentimiento de decepción absoluta, tornándolo sólo una sensación agridulce, algo del todo insuficiente para lo que se espera de un cineasta de la talla de Cesc Gay.
FERNANDO BERMEJO
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