Míster X

El cineasta toscano Piero Vivarelli (1927-2010) se sumó a la moda de películas inspiradas en cómics italianos para dirigir dos sucesivos proyectos, Mister-X en 1967 y la más popularizada Satanik un año después, ambas ciertamente irregulares, pero no por eso del todo desdeñables.
A raíz de la publicación de historietas impresas de carácter sexy-violento como Diabolik o Kriminal a mediados de los 60, brotaron decenas de imitaciones y/o variantes de la figura del antihéroe enmascarado enfundando leotardos, pero no tantas fueron llevadas a la pantalla como sabemos, y menos con un mínimo de interés.
En el caso del fumetto "Mister X", de Bolzoni y Caminito, gozó de cierta repercusión en su periplo inicial en papel y eso despertó el interés comercial por llevarlo al celuloide. Vivarelli (o Donald Murray, como se prefiera), militante comunista tras la Segunda Guerra Mundial, se unió a la fiesta sin remilgos, entendiendo que se trataba de una producción sobre espías más, pero esta vez con disfraces.
Anunciado como "Un fumetto giallo", lo cierto es que esta coproducción hispano-italiana no obtuvo ni el impacto ni la recaudación pretendida en su día, y tampoco con su "más difícil todavía", la coetánea versión televisiva (de la que solo se acuerda YouTube), o incluso el recurso definitivo, el personaje de Mister X anunciando detergentes Dixan. En fin, todas relegadas al ostracismo con honores.
Volviendo a su versión fílmica, "Avenger X" como se le conoce internacionalmente, presenta al millonario Bob Rockson, ocho veces campeón del mundo de golf, retirado ya de su andadura "criminal" siendo Mister X, al que ahora se le acusa de un asesinato que no ha cometido, pues alguien ha suplantado su ya de por sí enmascarada identidad.
Por contra, George Lamar, presidente de una importante empresa química, trafica con drogas y hace tratos con la mafia para robustecer su economía, y claro, borra del mapa a quien intente destapar su trama, aunque se trate de una más de entre su grupo de sinuosas amantes. La horma de su zapato será, como seguro estaréis suponiendo, nuestro espigado y sagaz bandido, al que haciendo un esfuerzo muy importante, compararemos con Arsène Lupin.
La acción se trasladará a la isla de Capri, donde Mister X (el recientemente fallecido Pier Paolo Capponi, popular por intervenir en varios giallos, aquí más cool como Norman Clark) y su fiancée Timmy se colarán en la mansión que allí posee el magnate para chafarle los planes y de paso volverse a sentir importante, porque de eso se trataba, de desplegar toda su egolatría y aires de aristócrata pasado de rosca.
Lo más negativo de la cinta, por encima incluso de lo aburrida que llega a ser en muchos segmentos, es la falta absoluta de empatía que se siente hacia el hombre X, llegando casi al repudio. Si bien su personaje tiene puntos interesantes, como que sea un maestro del disfraz (el mayor acierto de todos), demuestre una crueldad sin límites o juguetee con el nihilismo, el problema venía ya de base.
Le falta tanto encanto y hay tan poco carisma en Capponi, que todo se hace plano y monótono. Con solo decir que pasan 40 minutos hasta poder verle en mallas o que la presencia de Helga Liné sea casi anecdótica (aquí como "miembra" del harén del magnate), son claros síntomas.
Tampoco ayuda el obsesivo empeño del cineasta en mostrar planos entre objetos (esculturas, helicópteros, árboles...), pues parece más un ejercicio de embeleso personal que una herramienta para enriquecer la obra, llegando a hastiar en algunos puntos concretos.
La escasez de violencia, sexo o sentido del humor adolecen todavía más su visionado, y tan solo pequeños destellos de entre toda esta maleza fílmica recompensan nuestro tiempo. De entre ellos, los citados disfraces de X, como la máscara a lo Misión Imposible o el delirante momento como forense, secuencias más o menos originales (el intercambio del funicular o la horripilante muerte en la lancha), algunas frases lapidarias o el desfile de bellezas que conlleva, además de un par de localizaciones míticas.
Sea como sea, este flojo fumetto nero (uno de los más difíciles de encontrar en condiciones óptimas) con un protagonista tan remilgado, escuchimizado y sosaina como éste, no constará entre los mejores de su género, pero sí aporta su granito de arena a tan entrañable movimiento sobre enmascarados. O al menos a mí me lo parece.
JESÚS ÁLVAREZ (SOSPECHOSOS CINÉFAGOS)

Pues sí, como dice el anterior crítico, la película es muuuuy sosa. El "Fumetto nero" es un tipo de cómic italiano que estuvo en boga en los años 60, un tipo de cómic para adultos, donde los protagonistas eran los villanos enmascarados, sea este Mister X o Kriminal. Bebían de aquel Fantomas o el Doctor Mabuse, aquellos personajes que llegaron al cine mudo y resurgieron en los años 60. Y también esos agentes secretos, delincuentes del gobierno, asesinos, crueles y machistas como James Bond y su cohorte de imitaciones.

Aquí Mister X es un mangante retirado que, al verse implicado falsamente en un asesinato, decide investigar y pasar factura a quién tan imprudentemente ha usado su nombre sin permiso. Mister X es un tirillas, encarnado por el tal Pier Paolo Capponi, a medio camino entre Sean Connery y un pastor de Albacete. La película muestra distintas ambientaciones, aunque se centra principalmente en Capri. Mister X es bastante sádico con sus ejecuciones, muy creativas al estilo del superhéroe de DC llamado "El Espectro". Quizás se lleva la palma el imaginativo uso de una fueraborda ... y hasta aquí puedo leer. Tendrá como apoyo una especie de Audrey Hepburn del Hacendado. Flota un cierto erotismo cutre, de esos de enseñar muslo y poca cosa más.

Lo dicho. Sosa, sosa. Mister X tarda cuarenta minutos en aparecer y además sin capa, así que el cartel es publicidad engañosa.

La película comienza con una secuencia de créditos bastante interesante con muchos paneles cómicos coloridos, lo que genera expectativas de un thriller elegante y de ritmo rápido con un ambiente genial de los años 60. Un superhéroe al estilo de los cómics llamado Mister X (Norman Clark: Pier Paolo Capponi). Sin embargo, hay una refrescante falta de historia de fondo sobre Mister-X, solo sabemos que es un criminal conocido, cuya habilidad con la caja de maquillaje es tal que nadie con autoridad conoce su rostro. Aparentemente mantiene una relación monógama con la chica Timy (Gaia Germani) y todavía es perseguido sin piedad por el inspector Roux (Franco Fantasia), a pesar de que el ladrón parece haberse retirado. Sr. X se enfrenta a un jefe megalómano (Armando Calvo), a sus desagradables colegas (Umberto Raho, Renato Baldini) y a sus subordinados. Mister-X es acusado del asesinato de un mensajera del transporte de drogas en Roma y se propone atrapar a los verdaderos culpables mientras se mantiene un paso por delante de la ley. Por el camino, descubre que sus oponentes están planeando inundar el continente con una gran cantidad de narcóticos, cortesía de un gobierno extranjero.

Esta película es entretenida y divertida con una retorcida trama en el subgénero de espías europeos al estilo de James Bond. Hay emociones, escenas de acción a medias tintas con un puñado de artilugios, una buena cantidad de tiroteos y pocas coreografías de lucha o algunos trabajos de acrobacias. Esta es una monótona adaptación basada en cómics, de los italianos ¨Fumetti¨, y de las películas de superhéroes de los sesenta, mientras que la trama toma algunas escenas de películas anteriores pertenecientes al mismo género. Este es un film bastante divertido de los superhéroes italianos, aunque contiene situaciones absurdas, muchos artilugios, peleas y cursis fotogramas. La historia es de un notorio ladrón llamado "Mister X¨, un ex-criminal retirado, que debe limpiar su nombre cuando un copiador (copycat) comete un atroz crimen de imitación. Atmosférica, desigual y a veces ridícula, mientras todo a lo largo desarrollándose a trancas y barrancas, esta película de superhéroes contiene escenas desconcertantes en las que aparece nuestro héroe saltando y moviéndose escurridizamente y teniendo lugar el habitual enfrentamiento con matones en algunas movidas escenas, incluyendo primitivos efectos especiales. Y tiene acción suficiente, pero especialmente esta emocionante película de Euro-espía genero ofrece algunos tiroteos, explosiones y luchas espectaculares. Hay un cierto estilo, con un desarrollo desigual y con muchos giros y vueltas argumentales, sucesos sorprendentes, bastante intriga, atmosférica banda sonora y un guion lineal. Se trata de una película italiana/española de los años 60 teniendo un gran estilo de cómic en cual se logra sin esfuerzo darle a la película un brío realmente elegante que beneficia enormemente a la trama. Puede que Pier Paolo Capponi no sea un gran actor, pero encaja a la perfección como personaje principal y, de hecho, parece que él mismo podría ser un dibujo de un cómic.

El impacto cultural de la aparición de Sean Connery en la pantalla grande como el Agente 007 con las películas: Dr. No, Desde Rusia con amor, Thunderball, Goldfinger, es difícil de subestimar. En unos pocos años, casi todos los galanes guapos y de mandíbula cuadrada de Europa corrían por el continente con una pistola en una mano y una rubia en la otra. Pero, aparte de las imitaciones baratas más obvias de 'Bond', ayudó a resucitar otro arquetipo cinematográfico, el misterioso villano con la identidad secreta. Pero esta vez, en lugar de simplemente cumplir el papel antagonista del héroe en la serie de películas estadounidenses, los cineastas europeos lo pusieron al frente y al centro como personaje principal. Todo esto comenzó en Francia en 1911 con el maestro del disfraz 'Fantômas', pero realmente despegó a principios de los años 60 gracias al personaje de cómic italiano 'Diabolik' de Mario Bava, tras ¨Kriminal¨ (1966) de Umberto Lenzi y su secuela, ¨Superargo contro Diabolikus¨ (1966) de Nick Nostro, ¨Superargo, el gigante¨ (1968) de Paolo Bianchini, todas ellas tuvieron tal éxito que dio origen a todo un subgénero de la forma llamado 'Fumetti neri' ( 'cómics negros'). Estos presentaban villanos similares como Kriminal, Killing y Satanik, así como mucho sexo gráfico y violencia. Estos superhéroes a menudo tienen poderes poderosos como una fuerza sensacional, levantan objetos impresionantes, arrojan armas y cualquier otra cosa, todo ello recreado mediante efectos tradicionales. El contenido atrevido ayudó a hacerlos muy populares, pero provocó la indignación del público en algunos sectores y eventuales procedimientos judiciales. De todos modos, probablemente no fue una coincidencia que la primera historia de Diabolik llegara a los quioscos el mismo año, 'Dr. No' (1962). Uno de los ejemplos menores de esta alegre banda de maestros villanos fue Mister-X, creado por Cesare Melloncelli y el artista Giancarlo Tenenti en 1964, aquí regularmente adaptado por Piero Vivarelli.


​Protagonizado por Pier Paolo Capponi, interpreta a un cerebro criminal, Mister-X, que es incriminado por un crimen y se propone atrapar a los verdaderos culpables. Es una italiana/española coproducción de los años 60, por eso aquí aparecen actores españoles como Armando Calvo, que fue un referente del cine español de los años 40, 50 y en los 60 trabajando en todo tipo de coproducciones, y la escultórica Helga. Liné, que aprovecha lo que le han dado para trabajar aquí, aunque sea muy poco. Probablemente fue la actriz más trabajadora de Europa en los años 1960 y principios de los 1970, con una impresionante lista de créditos, incluyendo la similar 'Kriminal' (1966) y su secuela, Spaghetti Westerns, Euroespias, thrillers de Giallo y varias películas de terror.