Ana de las tejas verdes: la historia continúa (TV)

Otra vez las gracias a FilmAffinity por haber sumado a la lista de películas la última secuela de la serie de Anne Shirley, la niña adoptiva de las "Tejas Verdes" de Avonlea, Canadá.
Aunque habiendo dejado ya atrás el insuperable encanto de la primera parte y de la secuela de 1987, Anne es mucha Anne y conserva su espíritu guerrillero e infatigable.
Tras la muerte de su madre adoptiva Marilla, Anne clausura las "Tejas Verdes" y, habiendo iniciado ya su carrera literaria como escritora, se lanza a probar fortuna en Nueva York, acompañando a la Gran Manzana a su novio el médico Gilbert Blythe, al que por fin aceptó tras largos años esquivándole, al comprender que era el hombre de su vida.
En Nueva York, la intrépida Anne se moverá en el mundo literario, editorial y periodístico descubriendo los entresijos, no siempre honestos, que rodean a esos círculos, ganándose admiradores inesperados...
Cuando estalla la Primera Guerra Mundial, los cimientos del mundo se tambalean y tanto ella como Gilbert se dirigirán al campo de destrucción en que Europa se ha transformado, y a partir de entonces comenzará el período más duro en la vida de los protagonistas. Separaciones, caos, reencuentros, mortales peligros... Anne tratará de sortear el horror en su afán por ayudar y encontrar a su amor extraviado.
Con tintes de teleserie de menor calidad que la serie que recordábamos, sin embargo no deja de ser una conclusión muy emocionante y hermosa que cerró para siempre las aventuras de Anne Shirley de las Tejas Verdes.

Continuación de la mítica serie Ana de las Tejas Verdes, que comenzó siendo una serie preciosa, con su ambiente rural y sencillo, pero que aquí se ha convertido en algo que no se sabe muy bien que es (tiene una ambientación bélica, con esto queda todo dicho).
Los personajes no parecen los mismos, el guión no tiene ningún sentido y no se parece en nada a los libros de Montgomery: en pocas palabras, ha perdido todo su maravilloso encanto y ha dado lugar a una teleserie con un dramatismo tonto e insoportable lleno de historias absurdas que no se sostienen, y que como mucho da para pasar una tarde más o menos aburrida o nostálgica frente al televisor.
Eso sí, se agradece la buena intención de dar continuidad a la preciosa historia de Ana y los pocos paisajes canadienses que aún se muestran

Se nota que el guión ya no se basa en las novelas de esta famosa autora y que los guionistas cogen la estela de los personajes.

La primera mitad de la cinta, salvo dos o tres detalles, apenas me dí cuenta, sin embargo, cuando regresan de Nueva York y la trama se desarrolla en la guerra me encontré con un guión bastante forzado que los actores intentaban sacar lo más airosamente posible con sus personajes.

No se si la pérdida de calidad se debe a los guionistas (que ya no tenían una novela para guiarse) o al cambio de director, un seis alto para la primera mitad y un cinco raso para la segunda.

Me estaba levantando del sillón y justo en ese momento comenzaba esta tercera entrega presuntamente inspirada en la serie de libros de L.M. Mongomery, y como ya había visto las otras dos temporadas, sobre todo la primera, varias veces porque las tenía en vhs y porque las habían repuesto por tv varias veces también, me dije, ¡Qué sorpresa!, podré pasar un rato en la Isla del príncipe que es donde debió haberse desarrollado, según las novelas, pero no, esto se parece poco a lo que yo recuerdo haber leído, si bien del quinto libro de de la serie; “Ana y la casa de sus sueños”*, me había saltado varios párrafos y páginas por aburrimiento, lo reconozco, agradecí poder ver otra miniserie llevando las últimas novelas a la pantalla y así podré envolverme en la atmósfera de “las tejas verdes” sin necesidad de leer, que a mí me cuesta, la verdad.
Las primera temporada tenía el encanto de Avonlea, la amistad entre Ana y Diana, las chiquilladas y los magníficos escenarios de la “Isla del Principe”.
La segunda aportaba el interés de ver como se desenvolvía Ana como profesora en la escuela de señoritas, y también la historia entre Ana y Gilbert, y todo lo que tenía que ver con Avonlea.

Pero como las siguiente novelas se centran en la etapa adulta de la vida de Ana, que sí que pueden resultar un poco aburridas de leer ,( pero hubiera agradecido ver una miniserie fiel a las novelas), seguramente temiendo el fracaso , se inventan una historia donde ella es enfermera y veo al tal Gilbert vestido de uniforme, que estupidez, a mí me pareció una basura la verdad, las primeras temporadas tenían , frescura, encanto, naturalidad, todo lo contrario de esto, para mí.

Sin duda, esta es la más lograda y redonda de las aventuras de Anne Shirley, escritora, luchadora, maestra, amiga y eterna enamorada de Gilbert Blythe.
Los problemas son los de siempre: metraje ridículamente extendido, altibajos constantes de ritmo y desigualdad de interés en las diferentes historias. Pero sin duda, la historia gana mucho en intensidad gracias a la llegada de la Primera Guerra Mundial (ya saben... la combinación de amor y guerra siempre da sus buenos frutos). Da la oportunidad a la producción de salir de Avonlea y lucir el dinero invertido como nunca antes en la saga, con una fotografía oscura y unos efectos visuales en las explosiones que son nuevos en el universo Anne. Pero es que además, agradecidamente, las historias secundarias funcionan mucho mejor esta vez (atención a la subtrama de las actrices estadounidenses, excelente), y el punto fuerte de las otras entregas, las relaciones de Anne con otros personajes, es incluso mejor que nunca. Por supuesto, las joyas de la corona siguen siendo los tándems que forma la protagonista con Gilbert y Diana (excelentes Crombie y Grant, perfectos en sus papeles), pero no sería justo olvidar la interacción de Anne con Fred o con Jack Garrison, esta última una relación que no para de dar giros sorprendentes y emocionantes. Los diálogos están cuidadísimos, y el planteamiento y desarrollo de los personajes resulta francamente fantástico.
Puede que sea menos "Anne" que las otras partes, al transcurrir mayoritariamente fuera de Avonlea (y al no estar ya la entrañable Marilla), pero es una notabilísima producción, de excelente factura, mucha emoción y personajes con los que sentirnos identificados. Como en todas las grandes historias.