La frontera del alba

Si algo trabaja (no sabemos si voluntariamente) Garrel es el título de cada nueva obra: “La cicatriz interior”, “El viento de la noche” o “Inocencia salvaje” son algunos ejemplos. Esta vez resulta acertadísimo el título como “La frontera del alba” teniendo en cuenta la implicación del protagonista, encarnado por Louis Garrel. El tema y el trasfondo no son nada nuevos en el cine de Garrel pero es así un trabajo garreliano aunque con la aparición ‘fantasmal’ al otro lado del espejo del ese amor perdido que deja marcado al protagonista.

Las heridas del amor, el subconsciente o el amor fantasmal ante la pérdida del terrenal. La historia redime la historia de amor a la desesperación y se podría resumir en tres frases a partir de un ‘Chico conoce a chica equivocada’. Pese a no parecerme ni de lejos lo mejor de Garrel sigue existiendo el romanticismo habitual del cineasta. Esa languidez en sus imágenes, sus rohmerianas influencias bajo el legado de Eustache y sus historias torrenciales esconden ciertos claroscuros en los protagonistas, artistas y normalmente jóvenes, que hayan el sufrimiento desmedido. Blanco y negro para perpetuar el momento de la juventud, de esa breve liturgia de la vida.

“La frontera del alba” es finalmente una bella fábula: no hay futuro, desde luego, sin amor.
Sin el verdadero amor.

Ella se reflejaba en el espejo,
Se reflejaba su culpa,
Su arrepentimiento,
El dolor de haberle fallado.
Era su reflejo,
Sin duda el suyo.
Te hablaba,
Te hablaba y lloraba,
Lloraba y repetía:

"Yo, yo he sido tu único amor,
Y tú, tú has sido el mío,
Por siempre,
Por toda la eternidad."

Regusto agridulce y sensación de amor y odio aún pasados días del visionado, aunque tras acabarla de amor poco y las sensaciones que eran bastante malas, han mejorado a medida que la he ido reposando.

El film nos muestra la cara más tormentosa de las relaciones sentimentales. Personajes inestables, inseguros e incluso trastornados mentalmente con paralelismo entre el miedo a no ser amado, a ser abandonado y el agobio que esto produce en el otro a la vez que el sentimiento característico del ser humano de cansarse pronto de las cosas y echarlas de menos cuando no las tiene. La película tiene muy buenas actuaciones, una gran fotografía en blanco y negro, algunas frases lapidarias para enmarcar y con por momentos un gran magnetismo provocado por miradas y reacciones que con poco logran transmitir mucho.

Pese a ello, se hace bastante tediosa en interminables escenas de cama (post-coitales o de aliento mañanero, de sexo nada, que nadie se haga ilusiones) y sábanas revueltas con violines estridentes de fondos dignos de los momentos más tensos de Psicosis. Aún como digo, teniendo buenas frases, son agujas en un pajar de divagaciones y susurros pretenciosos. Entre eso, el blanco y negro, los/las modelazos que forman el reparto y tanta sábana blanca arriba y abajo, por momentos parece más un anuncio de perfume que una película. Tiene detalles muy buenos pero otros realmente mejorables, incluyendo que gran parte del metraje se haga pesado.

Nota: 4'5

En twitter: @er_calderilla

Me dispuse a ver esta película por su alta valoración en este sitio web. Pero luego de hacerlo, la única conclusión que pude sacar es que la alta nota la debe haber puesto la productora...
Si hay algo de lo que una expresión artística no puede carecer, es el tener algo que decir. Y este film no lo tiene. Es mera forma. Y dentro de ella solo la fotografía, ayudada por la siempre vigente belleza del blanco y negro. ¿Lo demás? Una historia insubstancial e irrelevante, mal contada, mal actuada, mal dirigida, todo mal. Un bodrio soporífero.
Por suerte ayer otra película francesa ("Un Profeta") me mantuvo en alto la valoración cinematográfica de ese país. Porque si fuera por esta...mejor que sigan produciendo champagne.