Persépolis

“Persépolis” es una pequeña y curiosa joya de esas que se encuentra uno muy de vez en cuando en la cartelera. Llevar al cine el afamado cómic no era empresa fácil, pero los resultados son más que notables.
La película consigue mezclar lo cómico y lo atroz, emociona, entretiene y está cargada de realismo, tiene magia. Se mantiene la esencia del cómic dotándolo de un magnífico lenguaje cinematográfico que consigue un relato ágil, que fluye con facilidad en la pantalla. Se mantiene el blanco y negro original y la simpleza en los dibujos, narrando la historia mediante flash back. La música es una pieza básica en la película, uno sus grandes aciertos, al igual que las voces de Chiara Mastroiani y Catherine Deneuve.
El film encierra una profunda sabiduría envuelta por una capa simple y sencilla, lo que le da valor y consigue un relato universal, seguramente la clave de su éxito. Un recorrido apasionante por el Irán de los años 80 y principios de los 90, visto por los ojos de una niña que se hace adulta a marchas forzadas en un contexto muy complicado. Por si fuera poco es didáctica, ya que supone una lección de historia para los que desconozcan, como yo, la reciente historia iraní.
Satrapi, creadora del famoso cómic autobiográfico y ahora codirectora de la adaptación cinematográfica de Persépolis, rechazó numerosas y suculentas ofertas llegadas desde Hollywood a raíz del éxito de su obra para llevarla al cine en Estados Unidos. La iraní prefirió llevarla a cabo en Francia, su segunda casa, para así conseguir una adaptación al celuloide más fiel, para tener total libertad y no ver desvirtuada su obra. Como dice de la protagonista de Persépolis: “La liberté a toujours un prix” (La libertad siempre tiene un precio…).

1) Diseño gráfico

Un recorrido extraordinario por el mundo, blanco y negro, del expresionismo alemán: los encuadres, el juego de las sombras, la inaudita expresividad de los dibujos y su movimiento.

Los autores confiesan la influencia de Murnau.

Una vez más, 'El grito', de Edvard Munch.

Diseño clásico y original; sobresaliente.
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2) Ética y estética

La película es abiertamente partidista, pero, a mi entender, el punto de vista nunca engaña: es visceral y autobiográfico. Ni el Teherán iraní (teocracia islamista) ni la Viena austriaca (nihilismo occidental de mesa camilla) se libran de una crítica feroz.

Una cinta en forma de diario sentimental e íntimo, con un plano histórico pasado por el filtro del despecho y de la indignación. Pero se intuyen grandes dosis de verdad.

¿Un panfleto? Tal vez. Aunque, como decía Umbral al hablar de la novela de Foxá sobre la guerra civil, un panfleto elevado a categoría estética.
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3) Humor y lenguaje

En mi opinión, la cinta adolece de brochazos prescindibles de humor grueso. El registro satírico chirría por momentos. El contraste que se busca al conjugar la parodia con el tremendismo de la guerra y de las purgas tampoco es convincente.

Ni los diálogos, forzadamente “teen”:

- Esa abuela tópica, tan “cool”, independiente y cimarrona; con jazmines en el pecho perfumado.
- Marjane y su piquito de oro: los labios siempre a rebosar de lindezas e improperios.

Hay personajes (como el idealizado tío comunista) que dan la impresión de ser discursos políticos con patas.
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En conjunto, una propuesta personal y diferente. Muy recomendable.

"Persépolis" es un trabajo creativo admirable, lleno de inteligencia y talento, y contundente en su denuncia de la imbecilidad de las sociedades islámicas. No es de extrañar que Satrapi, de nacionalidad iraní, saliera por patas de su país hace ya unos añitos, instalándose en Francia, bajo cuya bandera ha producido este por momentos fascinante trabajo.

Mediante el efectivo recurso del flashback, se cuenta la historia de una niña iraní que vive los convulsos cambios producidos en su país a raíz del derrocamiento del Sha y la imposición del régimen islámico de Jomeini, y sus vivencias en Teherán, donde vive, y en Europa, donde es envíada a estudiar por su familia, de ideología laicista. La película se ve durante todo su desarrollo con amenidad, interés y fascinación, además de lo mencionado por su buen diseño de personajes pese a la aparente sencillez del dibujo.

Estupenda obra, que no sería nada extraño ver en la próxima edición de los Oscar, en la categoría animada y en la extranjera, pues en un hito sin precedentes, la Academia francesa la ha elegido como su representante en Hollywood.

En pocas películas se ha volcado tanta responsabilidad: fue elegida por la academia francesa para representarles en los Oscars por encima de películas claramente favoritas de cara a la galería.

Basada en una novela gráfica homónima e inspirada en la vida de Marjane Satrapi, autora del cómic y codirectora del filme. Habla de la llegada al poder del fundamentalismo islámico y el fin de la democracia.
Que nadie se engañe: bajo esas magníficas imágenes en blanco y negro, claro homenaje a Murnau y al expresionismo, no hay panfleto sino inteligencia, humor y sensibilidad en narrar un conjunto de anécdotas que conforman una vida. La familia es el epicentro y eje fundamental de la narración como génesis del recorrido la protagonista y es precisamente lo interesante de la mirada.

“Persépolis” es el más bello diario narrado desde dentro y fuera de un velo que ha visto el cine de animación esta década.

Bajo el telón del recuerdo, Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud nos cuentan la vida de los últimos treinta años de Irán. Basada en la vida de la propia Satrapi, “Persepolis” es una cálida y al mismo tiempo dura visión de años oscuros de un país que pasó del poder sátrapa del Sha a la tiranía de una teocracia represiva y asesina.

Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud, acierta con un guión con buenos toques de humor, que consigue aliviar la pesadumbre de una historia oscura y desagradable. Pero quizás, intentando suavizar tanto la historia, le hayan quitado la seriedad que requiere y algo de intensidad.

Es la abuela, el personaje que consigue trasmitirme toda una lección de saber estar. Su imprescindible presencia es didáctica y emotiva. Es la brújula de la familia y una de esas luces que cuando se apagan oscurecen mucho más allá de aquello que toco.

Parece increíble que el país de las mil y una noches, de donde se han sacado historias con las que todos hemos ido a la cama y que han marcado a millones de personas, se convirtiera a lo largo de los años, en el país de las mil y una pesadillas.

P.D. hoy estoy de luto. Ayer, después de visionar la película y preguntarme porque no estaba en V.O. me comunicaron que los responsables del cine Renoir de Palma de Mallorca, han decidido traer todas las cintas dobladas para ver si así ganan espectadores. Es decir, que el único cine que aquí ponía V.O. decide seguir la corriente. O lo que es lo mismo, que tal vez, el verano que viene, esté viendo Spiderman 4 en las Salas Renoir.