La reina del mal (TV)

Con una trama disparatada y ridícula, en la que una estudiante es capaz de perpetrar actos tremendos solo por conseguir su sueño más añorado e importante en la vida --ser la reina del baile de graduación del instituto para lograr la admiración de los asistentes: nada más ni nada menos--, se nos otorga este thriller psicológico lleno de ámbitos, referencias y contenidos comunes a los de otras producciones de similar tono televisivo.

El film, sustentado por un guion sin elaborar, un ritmo singularmente plano y con una pobre planificación narrativa, carece totalmente de interés emocional y de intensidad dramática, y con unos personajes, interpretados por un reparto muy mediocre, que son estereotipos sin ningún progreso en su psicología.

Nos enfrentamos, pues, ante una película sin la mínima calidad técnica o de estilo, incapaz de ofrecernos suspense, inquietud o tensión. Solo la rutina y la simpleza acecharán a los resignados espectadores que, atónitos, la contemplen. Una cinta, en fin, para darle un vistazo y olvidar.

Típico telefilm de sobremesa, pero que solo pueda interesar a chicas adolescentes que tengan ganas de fantasear, y de ver como se desarroya una trama de lo más simple y predecible.
La historia se basa alrededor de Julie Taylor, una chica de instituto, que como mayor aspiración en la vida es ser reina del baile. Todo esto aderazado a que tendrá que competir contra otras chicas nominadas, y todo esto mezclado con la desaparición de la profesora de matemáticas y la involucración en la trama de la sustituta y su hija que sufrirán las artimañas de la protagonista.
Ya que un telefilm de intriga tenga como tema principal el ser la "reina del baile" es bastante triste, además de que la propia protagonista lo defiende como el mejor acontecimiento de su vida, te da a entender lo patético que te vas a encontrar en la hora y media de película.
Las interpretaciones son muy forzadas, los diálogos excesivamente ridículos, además de encontrarte con situaciones "tensas" bastante lamentables. Cuando vean la escena de la cabaña, quién se atreva a verla ya entenderá porqué.
Soy bastante defensor de los telefilms, pero este no tiene ni por dónde cogerlo, la protagonista pues si, es mona y el cartel interesante, pero nada más allá de esto para que sea un film pasable y olvidable.