Es vergonzoso que la máxima representante del ministerio de cultura, la cineasta Ángeles González-Sinde es responsable en parte de firma del guión de ese despropósito de película cuyo hilo conductor es un continua orgía de sexo y drogas, pero sobre todo de horribles diálogos y de falta de creatividad, no permite que los ansiados seguidores de esta terrorífica saga podamos seguir disfrutando de la retorcida mente y del meticuloso y morboso plan de uno de nuestros asesinos en serie preferidos. Es indignante que a estas alturas un gobierno que siempre hace propaganda de extender los derechos y libertades civiles a todos los ciudadanos, nieguen el derecho a la libertad de información y de comunicación, mientras que en Estados Unidos país caracterizado por una mentalidad mas conservadora y mucho mas restrictiva en cuanto a la difusión de los contenidos cinematográficos, se halla podido disfrutar de esta entretenida secuela. Lo único que se ha conseguido con esta medida es promocionar aquella práctica que tanto pretenden mitigar que es la piratería.

Esta sexta parte resulta sorprendente en cuanto a las conexiones que consigue entrelazar con sus predecesoras, consiguiendo aportar de mayor contenido al conjunto, despejando incógnitas que quedaron en el aire en la anteriores entregas y lo que es mas importante para el desarrollo de cualquier historia de estas características, plantea unos nuevos escenarios arguméntales para mantener viva la esencia de la historia y dentro de lo posible, dotar de sentido a que la fiesta continué.

Considero esta saga puro entretenimiento de cine de terror, mas que una saga inteligentemente planteada, ya que su evolución demuestra que la trama se esfuerza por seguir sacando jugo de una idea que ha ya ha quedado resuelta hasta la saciedad y no por lo que debería aportar las secuelas de cualquier saga que se precie, que es completar y consolidar el contenido de una trama por la que se tiene ganas de conocer mas.

En conclusión, el film ofrece lo que promete y sube el nivel con respecto a la cuarta y a la quinta parte, las cuales perdieron el rumbo hacia la repetición y la escasa innovación con respecto sus predecesoras. Merece la pena verla aunque sea por fastidiar a los que en su día no nos dejaron verla porque la consideraron excesiva (menos mal que a esta gente se les paso ver el dueto de Hostel) sin embargo parece que prefieren las emociones reales como permitir abortar a niñas de 16 años sin el consentimiento de sus padres, pero eso sí, podemos estar tranquilos porque estas niñas estarán protegidas de ver Saw VI.