Teniendo en cuenta que en los últimos años se han estrenado una media de cuatro películas sobre superhéroes por temporada, el hecho de que Thor transite por escenarios e intenciones narrativas diferentes a todos esos blockbusters ya es algo loable. Porque Thor, aún bebiendo de unas fuentes familiares a las de Spiderman, X-Men o Capitán América, sabe aprovechar su carga mitológica, por encima de las convenciones habituales del mundo del cómic, resultando así una divertida, original y muy espectacular propuesta de cine fantástico.

Y eso se debe, ademas de a las virtudes de su historia, a la labor de un director del recorrido de Kenneth Branagh. Aquellos que adoran su perfil típicamente ingles y shakespiriano, probablemente aborrecerán la labor del cineasta en Thor, tachándola de infantil e intrascendente. Otros, los que sabemos que Branagh tiene un gran talento que a veces tiende a la desmesura, sabremos apreciar el toque emotivo y épico que imprime a la historia en los episodios que tienen lugar en Asgard; así como percibiremos la ironía de su visión del héroe en la tierra, o mas bien en norteamérica, unas escenas que Branagh filma desde una distancia repleta de sentido del humor, como si la visión del monarca y clásico Thor fuese la del inglés de pura cepa dirigiendo un espectáculo cien por cien hollywoodiense.

Además de estos sutiles apuntes de metacine, Thor ofrece, por supuesto, un espectáculo digno de su presupuesto, sus expectativas y su grandilocuencia. Visualmente, en lo que se refiere a diseño de producción, decorados y efectos especiales, la pelicula es soberbiamente espectacular. Además, el contar con actores tan buenos como Hopkins, Portman o Hiddleston siempre garantiza el poder emocional de la propuesta.

Es cierto que Thor no es perfecta, que su héroe carece de verdaderos recursos expresivos (aunque el protagonista se vaya mostrando mas cómodo conforme avanza la película), que se echa de menos a Rene Russo y Stellan Skarsgard, y que hay diversas concesiones a la comercialidad del producto; pero Thor supone un soplo de aire fresco en un género tan acotado como el de los superhéroes, apartandose de sus plantillas argumentales, y ofreciendo una lúdica, espectacular y muy divertida película con verdadero sentido de la aventura.