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LennyNero rating:
8
8.5
36,062
Comedy. Mystery
Joseph Tura and his wife Maria top the bill at a Warsaw theatre company. Young aviator Lieutenant Sobinski is madly in love with the girl and the two arrange to meet in her dressing room during the play they are putting on (Hamlet). He leaves the theatre to see her just as Joseph starts the 'To be or not to be' soliloquy. Germany invades Poland and Sobinski has to leave for England, although he will have to return to Warsaw to ... [+]
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- es
December 14, 2008
13 of 13 users found this review helpful
Sólo habían pasado 3 años entre el estreno de La regla del juego de Renoir y este Ser o no ser de Lubitsch. Una lapso temporal que, cinematográficamente, puede no ser mucho, pero históricamente estaba decantando al mundo en una posición o en otra, políticamente hablando, en función del resultado de la contienda bélica que se estaba desarrollando y que, en el año 1942, se encontraba en su cénit.
Malos tiempos, aparentemente, para desarrollar una comedia de tono exquisito y que por si fuera poco tratara un tema tan delicado como el del nazismo. Pero a pesar de su tono desenfadado, Lubitsch no hace más que responder a la pregunta final que el film de Renoir hacía en el año 1939. ¿Hacia donde vamos? La respuesta está en Ser o no ser: hacia la guerra y la destrucción, no sólo de vidas humanas, sino de toda una concepción del mundo y las relaciones humanas hasta la fecha existentes.
No era por casualidad que en el inicio del film de Renoir se advirtiera de la fecha y del inmediato estallido de la II Guerra Mundial, ya que el marco presentado era el de una burguesía acomodada y aislada que obviaba toda relación con el presente mientras se entregaba a una suerte de hedonismo decadente, de fin de una era. En el film de Lubitsch se nos muestra el siguiente paso, ese laissez passaire burgués que en las esferas del poder se mostró en forma de política de apaciguamiento frente al nazismo y acabó derivando en guerra, una crítica directa a la cobardía de los poderosos frente a las amenazas imperialistas de Hitler.
A pesar de ello Ser no ser resulta ser un film positivo, que muestra cómo la voluntad del pueblo es capaz de resistir la injusticia y la opresión, a diferencia de Renoir, que mostraba a las clases bajas mimetizando la desidia moral de sus amos. Esta dualidad de enfoques queda destacada especialmente por el manejo de la luz. Mientras el cineasta francés usa el claroscuro para dotar al film de un cierto aire tenebrista y tortuoso, Lubitsch ilumina perfectamente cada plano para no dejar un solo resquicio a la desesperanza.
(sigue en spoiler)
Malos tiempos, aparentemente, para desarrollar una comedia de tono exquisito y que por si fuera poco tratara un tema tan delicado como el del nazismo. Pero a pesar de su tono desenfadado, Lubitsch no hace más que responder a la pregunta final que el film de Renoir hacía en el año 1939. ¿Hacia donde vamos? La respuesta está en Ser o no ser: hacia la guerra y la destrucción, no sólo de vidas humanas, sino de toda una concepción del mundo y las relaciones humanas hasta la fecha existentes.
No era por casualidad que en el inicio del film de Renoir se advirtiera de la fecha y del inmediato estallido de la II Guerra Mundial, ya que el marco presentado era el de una burguesía acomodada y aislada que obviaba toda relación con el presente mientras se entregaba a una suerte de hedonismo decadente, de fin de una era. En el film de Lubitsch se nos muestra el siguiente paso, ese laissez passaire burgués que en las esferas del poder se mostró en forma de política de apaciguamiento frente al nazismo y acabó derivando en guerra, una crítica directa a la cobardía de los poderosos frente a las amenazas imperialistas de Hitler.
A pesar de ello Ser no ser resulta ser un film positivo, que muestra cómo la voluntad del pueblo es capaz de resistir la injusticia y la opresión, a diferencia de Renoir, que mostraba a las clases bajas mimetizando la desidia moral de sus amos. Esta dualidad de enfoques queda destacada especialmente por el manejo de la luz. Mientras el cineasta francés usa el claroscuro para dotar al film de un cierto aire tenebrista y tortuoso, Lubitsch ilumina perfectamente cada plano para no dejar un solo resquicio a la desesperanza.
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Spoiler:
Interesante resulta el uso de dos elementos clave en la película, por un lado la puesta en escena que remite constantemente a la propia obra teatral que el film retrata, ya que en el fondo la primera secuencia ya resulta toda una declaración de intenciones respecto a la propia película. Un ejemplo de honestidad donde el director expresa su deseo de tejer una coreografía perfectamente orquestada pero intentando dar margen al humor, de no dejar que la gravedad del asunto pueda pesar más que la situación cómica que se pueda derivar. Por otro lado está el uso de la elipsis, cuya función es doble: procurar economizar escenas demasiado discursivas argumentalmente mediante el montaje por corte y mostrar con planos metafóricos el paso del tiempo, puesto que la película se alarga cronológicamente durante 3 años. Ello dota al film de dinamismo, un poco relacionado con la idea de acción y de rebeldía presente, a la contra de los planos largos y la dilatación temporal que Renoir mostraba en su film dando la sensación de decadencia sin fin.
Esta relación fílmica no consciente se produce en aras de una cierta preocupación sobre el mundo contemporáneo de los directores, una suerte de relación causa-efecto entre películas que vienen a reflejar los hechos históricos. Si La regla del juego era una advertencia con la guerra fuera de campo, Ser o no ser es la rabiosa respuesta de un director que se da cuenta de lo que no se hizo, pero lo más importante, que propone lo que hay que hacer, que quiere quitar la venda a un mundo que aún en plena destrucción sigue sin querer ver el horror.
Esta relación fílmica no consciente se produce en aras de una cierta preocupación sobre el mundo contemporáneo de los directores, una suerte de relación causa-efecto entre películas que vienen a reflejar los hechos históricos. Si La regla del juego era una advertencia con la guerra fuera de campo, Ser o no ser es la rabiosa respuesta de un director que se da cuenta de lo que no se hizo, pero lo más importante, que propone lo que hay que hacer, que quiere quitar la venda a un mundo que aún en plena destrucción sigue sin querer ver el horror.