No es nada nuevo ver una película de Fritz Lang y quedarte con la sensación de las cosas bien hechas. Según transcurre la trama y ver que sólo tiene una duración la película de una una hora y veintitrés minutos podemos pensar que se nos va a hacer corta. Nada más lejos de la realidad. El tiempo exacto para que todo se desarrolle excepcionalmente bien, no se deja un cabo suelto y te deje la sensación de un peliculón.
La película es más intriga, suspense que espionaje. Estás toda la película olvidándote de alemanes e ingleses y pensando únicamente que se esconde detrás de todo lo que vamos viendo, en un guión y un argumento perfectamente bien llevado y una tensión que va creciendo en el espectador según pasan los minutos hasta el buen desenlace final.
Para los amantes del de suspense.