Pistoletazo de salida a un subgénero que tuvo su auge de 1970 a 1973. No obstante mucho antes de la época dorada del mismo, hubo algunos exponentes y hoy estamos ante ni más ni menos, el nacimiento fílmico de los libros de intriga con tapa amarilla en el cine.

Nacimiento de lo más simpático y con bases aún poco definidas es un título único dentro del Giallo. A pesar de tener elementos como la violencia (limitada a un par de asesinatos) o el erotismo (Un simple posado en bikini de Leticia Roman), aún no contiene los rasgos identificativos del género, que si aparecerían de forma más clara en títulos posteriores como “Seis mujeres para el asesino” (1964), donde aparece la figura del asesino enmascarado con guantes de cuero, un erotismo y una violencia más explícita y por supuesto victimas jóvenes y bellas, elementos que definirían definitivamente el camino a seguir para otros cineastas que se subieron al tren del género cinematográfico iniciado por papá Bava.

En el reparto tenemos a la italiana Leticia Roman y aportando el toque internacional, un jóven John Saxon (Operación Dragón) que sorprendentemente, aporta toques de comedia pocas veces visto en el género. La fotografía romana es exquisita y las tomas en las escaleras de plaza España (que sigue intacta pese al pasar de los años) en blanco y negro de noche son una delicia visual. La banda sonora es correcta y el misterio es efectivo, aunque se desmarca mucho del género, centrándose más en asesinatos ya acontecidos diez años atrás. Pese a ser la primera incursión en la gran pantalla, la resolución me consiguió sorprender y pillar a contrapié.

Visionado obligatorio e imperdible se sea amante del género o no puesto que pese a estar muy olvidada, podría ser considerada al menos un "mini" clásico. Rareza dentro su género con comedia, voz en off (que a veces sobra) y hasta armas de fuego como herramienta del crimen, raras veces vistas en el género amarillo.