Una película terriblemente difícil de recomendar por la amalgama friki de géneros que trae consigo. Dos hermanas sirenas salen del agua para convivir con los humanos, dedicándose al mundillo musical en un cabaret con números picantones para adultos. Pronto surgirá un interés romántico para una de ellas que podrá a prueba la unión entre ambas.

Es difícil tomarse enserio una propuesta como esta. Es claramente un musical, y también una cinta de corte fantástico, algo surrealista y con toques terroríficos. El estilo musical remite claramente a los años 80, sonando mucho pop-chicle, el clasico synthpop de la época e incluso algo de punk. Y con una estética muy cabaretera y burlesca en no pocos números musicales. Aunque no nos equivoquemos, el marco temporal no está en absoluto definido, ni siquiera el marco espacial. Es como si todo sucediera en un mundo fantasioso donde dos sirenas exhibidas en un local de espectáculos fuese la cosa más normal del mundo. Y donde se pueden practicar trasplantes de cuerpo con la mayor naturalidad.

A pesar de las rarezas no podemos desviar la vista. Es un mundo colorido y al mismo tiempo decadente, un escenario para la fábula ya conocida de la sirena que salta a tierra, pero sin dejar de lado su faceta depredadora, lejos de la visión Disney que conocemos. Las dos hermanas representan dos miradas al mundo, la ingenua que está dispuesta al sacrificio por un ideal, y la pragmática que toma lo que desea sin preguntar. Su destino está unido aunque sus voluntades no confluyan. Es una historia sobre la inadaptación, contada desde un lado lúdico pero en el fondo es de lo más amarga. Atrévanse a verla, les va a dejar tan fascinados como descolocados. Una bizarrada por todo lo alto.