El gran Vajda, nos cuenta, un cuento de redención, un cuento de Navidad -sin ser Navidad-, cómo aquel de Dickens protagonizado por Míster Scrooge, sobre las aceras de una humilde barriada neoyorquina poblada por inmigrantes italianos, y más concretamente, bajo el techado de una vieja casona, de estilo napolitano, donde conviven, tal como hicieran en la vieja Nápoles, humildes inquilinos venidos de esa bella ciudad a los pies del Vesubio, todos, bajo la implacable e inamovible (excepto para subir) cuota de alquiler, que jamás olvida, su avaro y inmisericorde casero, a fin de mes...

Y, el gran director húngaro, en una excelente producción española, junta, y mueve en escena, a tan soberbios actores cómo, Peter Ustinov, José Isbert o Julia Caba Alba, además del niño actor, Pablito Calvo, cuya naturalidad ante la cámara, por aquellos años, tan bien supo aprovechar Vajda... Y fue, un verdadero gustazo, ver, a este selecto e internacional elenco, interpretar esta sentimental trama, que aunque repleta de todos los viejos gags que mueven a la lágrima fácil, no deja de tener ángel. Un ángel, que pasó por Brooklyn...

Y, esta vez, Vajda, no sólo trabajó con niños, algo de lo que hizo su especialidad, sino que lo hizo, con aquello que la mayoría de realizadores más odia, con niños y perros...