Una mujer destrozada por la brutal muerte de su hija, se pone el pueblo de la América profunda donde vive por montera, y piensa “Hasta aquí llega mi papel de madre sufridora, ahora voy a dar caña a todo el que se me cruce por delante”.

Por ahí he leído que la película no es para tanto y que no merecía tanto Óscar. Disiento: la película vale todos los halagos y merece cada Óscar que ha recibido.

Las interpretaciones son, de la primera a la última, sublimes. La trama te hace acompañar tanto a la madre como a los policías implicados en el caso. No hay momento de aburrimiento. Hay unos detalles que me escaman un poco, y por eso no le he dado más nota. Aunque no revelo la trama, prefiero comentarlos en “spoliers”.

Sobre todo, me quedo con los magníficos diálogos. Y en particular con el sermón ( ;) ) que la protagonista le da a un cura. Es canela en rama.