Rodada con pocos medios pero con bastante creatividad y ilusión de contar un tema que sucede mucho y se calla.
La violación sucede en la playa. No desvelo nada.

El guión es saltarín, no logra focalizar lo importante, y deambula con el aliento de la halitósis rítmica, dando vueltas en pasajes irrelevantes.

La música es evocadora y supongo apropiada al lugar.
Es una cultura tan diferente, que a mí, al menos me cuesta entender algunas situaciones.

Visualmente el agua es un signo, símbolo que es reflejado de diversas maneras.
En conjunto una propuesta interesante aunque se me escapan tantas cosas.
El ritmo se apoya mucho en los diálogos, para mi gusto, en exceso.