Una serie que se podría resumir así: “Un grupo de chicas que utilizan claymores matan monstruos y cuando no, se matan entre ellas.” Esto deja bien claro por donde va la serie.
La protagonista es una chica que tuvo una infancia traumática que cuando creyó que iba a ser feliz lo perdió todo, buscando a partir de ese momento una búsqueda de venganza contra quien le robó la esperanza. Junto a ella hay otras claymores que fueron capturadas por la organización siendo pequeñas, lo que hace que todas y cada una de ellas no hayan tenido relación con otras personas lo que provoca que el mundo las vea como una especie de brujas.
Otra cosa de esta serie es lo gore, se avisa de que en ella se verán cortar cabezas, empalamientos, aplastamientos, descuartizamientos a mansalva, monstruos devorando entrañas y combates espectaculares, rápidos y destructivos convirtiéndola en una orgía de sangre y destrucción. Otra parte a recalcar del gore es que prácticamente todos los personajes de la serie son mujeres, cosa rara en esta temática, pero si lo aplicamos al gore, cobra ya, todo sentido.
A parte de todo esto hay que indicar que es una serie que quedó con un final abierto al no seguir la serie con una segunda temporada y los últimos tres capítulos son una historia distinta a la que se seguía en el manga modificándose la historia si se hubiese continuado.
Claymore deja claro que es una serie sin medias tintas, o te gusta o no te gusta, no hay término medio.
Posdata: Desconectad del mundo cuando vayáis a ver el octavo capítulo, la octava maravilla del mundo.