La verdad es que se han cebado bastante con la película, es cierto que no es muy buena, pero ni resalta ni naufraga en la parrilla de películas de terror adolescente que se realizan actualmente.

De un maestro como Craven se espera mucho más, pero está claro que este señor está decayendo, porque este film es de todo menos personal, tan solo podemos detectar algún toque de humor o incluso parodia a lo que ya nos acostumbró en Scream, sobre todo con el diálogo final de la cinta.

Es impensable que el director de Pesadilla en Elm Street haya realizado este trabajo, muy mejorable, y que sin duda alguna nos deja con un sabor de boca agridulce. Aburrir no aburre, y si que entretiene, pero no consigue enganchar mucho porque tampoco importa demasiado lo que les ocurra a los personajes. Teniendo en cuenta que la película carece de seriedad y rigor, no espereis que asuste ni al más cagón.

La Ricci es de lo más destacable de la cinta, ya que al menos la película está manejada por una protagonista de peso (es un decir, porque la verdad que yo dudo si está anoréxica), y eso que aunque todo el mundo se pregunte que hace una buena actriz protagonizando esta cinta, yo doy gracias porque no nos hayan metido a una petarda cualquiera.

Algo curioso del film es que la típica "recta final" que caracteriza a toda película de terror que se precie sucede casi en la mitad del metraje, por lo que luego volvemos a tener otro final que ya sobrecarga un poco. Vamos que si somos un poco mal pensados y haciéndonos eco de los rumores que corrieron por el rodaje (presupuesto, cambios en el guión...) podríamos pensar que se ha "cortao y pegao" y han terminado la peli como han podido.

En fin, lo dicho, Craven decepciona una vez más, y nos ofrece una película mediocre, cortita, de poco peso, en el que no te pierdes nada si no la ves, no obstante si eres un amante del terror está entretenida, pero no aporta nada nuevo.

Lo mejor: La escena de Mya en el parking.
Lo peor: Que Wes Craven se conforme con esto.