El cine de acción de los años setenta/ochenta tenía algunas pautas ridículas y machorradas prehistóricas que ciertas películas como la que nos ocupa tienen hoy la obligación moral de despellejar salvajemente. Hasta aquí no puedo estar más de acuerdo con este "Machete" que se burla a lo bizarro de aquellos papeles que en su día desempeñaron Duldgren, Swazzeneger (nunca he sabido cómo se escribe esta mierda de apellido), Stallone, Van Damme, el propio Seagal y sucedáneos. Incluso me atrevo a señalar que se deja influir por el cine de la llamada "blaixploitation" de los 70, porque "Machete" tiene también ese encanto de violencia racial rebelde que inauguró el añejo agente negro Shaft. Pero, chico, Rodriguez, esto es muy poco original. Todo lo maravilloso que estuviste en "Planet Terror" lo pierdes aquí usando (calcando, diría) los mismos recursos de tu irreverente pero mascado estilo. Si esta película la hubieras hecho hace quince años habría sido un puntazo y una declaración de principios demoledora. Ah, no, si ya hiciste "El mejicano". Entonces, ¿era necesario repetirse tanto?

Y repetirse mal, querido. Los golpes de humor no son tan graciosos como en la Teta Enroscada, no es lo mismo sacarle los intestinos a un esbirro cualquiera que volarle los sesos a Tarantino, y no queda igual de bien ponerle un parche en el ojo a Michelle Rodriguez que un rifle en la pierna a Rose McGowan. Sí, está Trejo, está la Lohan, está Don Johnson, pero no me dicen nada. Y De Niro el pobre cada día se parece más a Paco Martínez Soria. El argumento es demasiado tonto incluso pretendiendo ser satírico (todo se vuelve tan confuso que no sabes ya quién va con quién), y si se hubiera centrado más en los problemas del México profundo sería otro cantar. Hablando de cantar, tampoco es lo mismo un tiroteo en una iglesia con el "Ave María" de fondo que abrir una peli con una ranchera de Antonio Banderas. ¿A qué no? Pues eso.