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ru3a5 rating:
7
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December 23, 2020
1 of 5 users found this review helpful
Me ha pasado algo muy extraño y desacostumbrado con esta película. Empezando por el final de mi sensación tras verla, resumo que me tenía como en estado de duermevela. Luego vine a ver las críticas: hay quien dice que la vio hipnotizado, o aterrado, o espantado, etc. Vale. Lo mío era más bien duermevela. Será que la vi a la hora de la siesta. Un día puede que la vuelva a ver más despejado, y quizá rehaga toda esta crítica, no digo que no.
El caso es que la vi, como siempre, con los menores prejuicios que fui capaz. Esto es, sin ver el menor tráiler, pista o ni tan siquiera la sinopsis, que es como me gusta ver el cine. Verlo primero, analizarlo o incluso estudiarlo, después.
Pues cuando acabó, mi sensación, claramente, es que no me había gustado. Recuerdo incluso nítidamente pensar: a ver si el steady este de las narices deja de deambular entre los árboles mientras el pelotón de partisanos va por la pista, que aún se va a dar contra uno, y esto acaba de una vez.
¿Ma perché?
Veamos. No me suele desagradar la lentitud, ni el lirismo, ni el hiperrealismo; todo ello cuando me parece bien hecho, o simplemente me emociona de alguna manera.
Primer problema: la película no me despertó la más mínima emoción, salvo en dos o tres momentos muy muy -demasiado- puntuales, que detallaré en el destripe. Y siendo una película donde se retrata la caída paulatina de un niño a los infiernos, tras pasarlas canutas en la guerra, que llegó a su mismísima casa, pues me preocupó un poco. Si le añadimos que la película era por encargo de papá Soviet para detallar los horrores de las matanzas en masa del ejército nazi en la actual Bielorrusia, donde esquilmaron en masa a los habitantes cientos de aldeas, conmemorando su 40 aniversario, pues me preocupé mucho más.
Así que mi reflexión fue, supongo, la contraria de la de casi todo el mundo, viendo las críticas. ¿Por qué no me había emociado o afectado anímicamente, algo concebido con toda la intención de conseguir todo lo contrario?. ¿Sería que la vi después de "La batalla de Argel"? ¿Será que le vi mucho el plumero al director? ¿Me había vuelto un sociópata? En fin, traté de averiguarlo.
Así que me vi un documental sobre la película, en la que personas expertas en el 7º arte llamaban la atención sobre sus innegables méritos técnicos, con los que efectivamente estuve de acuñerdo, pero preocupado porque no había detectado casi ninguno viendo la película. Porque los suelo ver yo solito y sin que me dén la papillita. Ergo: algo me hizo que esa película pasase a mi lado como un misil desviado de mi avión, por un pelo, siguiendo la bengala de señuelo.
Pensando, pensando, creo que no me ha gustado, sencillamente porque no me la he creído.
Vale que sí, que la guerra es muy cruda, atroz, y que saca lo peor del ser humano. Que ya por sí solo es malo de cojones si lo dejan suelto. Correcto. Vale que los nazis, como todos los bandos de todas las guerras, cometieron atrocidades. No me digan que los nazis más, porque Stalin sin ir más lejos, muchíiiiisimo más (y otros si no, porque no tenían esos medios), sin guerra de por medio necesariamente.
Vale que en las guerras se viola, se tortura, se degrada, y se asesina en masa a población civil. Todo eso uno lo sabe, y hasta se lo imagina. Y aunque uno no tuviera la suficiente imaginación, que la tiene, muchos cineastas nos han hecho a ver a estas alturas, de mil maneras distintas, todos esos horrores, en documentales o en ficción.
Pero si el objetivo aquí era buscar crudeza y realismo, conmigo no ha funcionado, a mi pesar. Debe de ser ese mi problema con este film. Duermevela general con falta de inmersión grave, salvo en momentos muy contados. Algo mucho más sangrante cuando, al parecer, el director usó de ciertos trucos para que el punto de vista fuese lo más subjetivo posible, desde la piel del protagonista. Los detalles, necesariamente en el destripe.
El caso es que la vi, como siempre, con los menores prejuicios que fui capaz. Esto es, sin ver el menor tráiler, pista o ni tan siquiera la sinopsis, que es como me gusta ver el cine. Verlo primero, analizarlo o incluso estudiarlo, después.
Pues cuando acabó, mi sensación, claramente, es que no me había gustado. Recuerdo incluso nítidamente pensar: a ver si el steady este de las narices deja de deambular entre los árboles mientras el pelotón de partisanos va por la pista, que aún se va a dar contra uno, y esto acaba de una vez.
¿Ma perché?
Veamos. No me suele desagradar la lentitud, ni el lirismo, ni el hiperrealismo; todo ello cuando me parece bien hecho, o simplemente me emociona de alguna manera.
Primer problema: la película no me despertó la más mínima emoción, salvo en dos o tres momentos muy muy -demasiado- puntuales, que detallaré en el destripe. Y siendo una película donde se retrata la caída paulatina de un niño a los infiernos, tras pasarlas canutas en la guerra, que llegó a su mismísima casa, pues me preocupó un poco. Si le añadimos que la película era por encargo de papá Soviet para detallar los horrores de las matanzas en masa del ejército nazi en la actual Bielorrusia, donde esquilmaron en masa a los habitantes cientos de aldeas, conmemorando su 40 aniversario, pues me preocupé mucho más.
Así que mi reflexión fue, supongo, la contraria de la de casi todo el mundo, viendo las críticas. ¿Por qué no me había emociado o afectado anímicamente, algo concebido con toda la intención de conseguir todo lo contrario?. ¿Sería que la vi después de "La batalla de Argel"? ¿Será que le vi mucho el plumero al director? ¿Me había vuelto un sociópata? En fin, traté de averiguarlo.
Así que me vi un documental sobre la película, en la que personas expertas en el 7º arte llamaban la atención sobre sus innegables méritos técnicos, con los que efectivamente estuve de acuñerdo, pero preocupado porque no había detectado casi ninguno viendo la película. Porque los suelo ver yo solito y sin que me dén la papillita. Ergo: algo me hizo que esa película pasase a mi lado como un misil desviado de mi avión, por un pelo, siguiendo la bengala de señuelo.
Pensando, pensando, creo que no me ha gustado, sencillamente porque no me la he creído.
Vale que sí, que la guerra es muy cruda, atroz, y que saca lo peor del ser humano. Que ya por sí solo es malo de cojones si lo dejan suelto. Correcto. Vale que los nazis, como todos los bandos de todas las guerras, cometieron atrocidades. No me digan que los nazis más, porque Stalin sin ir más lejos, muchíiiiisimo más (y otros si no, porque no tenían esos medios), sin guerra de por medio necesariamente.
Vale que en las guerras se viola, se tortura, se degrada, y se asesina en masa a población civil. Todo eso uno lo sabe, y hasta se lo imagina. Y aunque uno no tuviera la suficiente imaginación, que la tiene, muchos cineastas nos han hecho a ver a estas alturas, de mil maneras distintas, todos esos horrores, en documentales o en ficción.
Pero si el objetivo aquí era buscar crudeza y realismo, conmigo no ha funcionado, a mi pesar. Debe de ser ese mi problema con este film. Duermevela general con falta de inmersión grave, salvo en momentos muy contados. Algo mucho más sangrante cuando, al parecer, el director usó de ciertos trucos para que el punto de vista fuese lo más subjetivo posible, desde la piel del protagonista. Los detalles, necesariamente en el destripe.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Muy bueno el juego moscas - pila de cadáveres, al margen de la inmersión.
Noté la inmersión en la escena de la vaca.
Normal, habiéndose usado, parece ser, munición real. Acojonaba ver las trazadoras, sintiendo sin ver -casi al tacto- el plomo que iba con ellas.
No me considero "animalista", aunque me gustan los animales; pero una de las cosas que me puso los pelos de punta fueron los estertores de la vaca. Será que eran reales (parece ser, también), y se notaba. He vivido muchas matanzas de animales (cerdos sobre todo), con sus chillidos brutales que te indican el momento en que saben perfectamente lo que les espera. Sus estertores finales sentidos al tacto, con todo el cuerpo (no es fácil sujetarlos sin herramientas). Sus pelados a fuego y sus despieces, cubierto de sangre y grasa recién sacada, humeante y descubriendo vísceras. Pues "acostumbrado" a eso, el enseñarme Klimov agonizar esa vaca sí me provocó inmersión, como los propios tiros de la ametralladora antes, durante, y después de haberla matado.
Vale, también los bombardeos. No sé por qué, quizá sea el contraste con lo que sucedía antes y después, pero en esta película los bombazos me parecieron más reales que en ninguna otra. Y las habré visto casi todas. En esta daban más miedo.
El soldado alemán vomitando, en la famosa escena de la iglesia.
Está claro que mi inmersión fue muy escasa, teniendo en cuenta que se estaba retratando la aniquilación masiva de los hombres, mujeres y niños de pueblos enteros, ya en plan tiro al plato con posterior apilamiento, ya fuera apretujados en una iglesia a modo de pira gigante. No funcionó conmigo el recurso de ver la iglesia sólo desde fuera oyendo los gritos, digamos, oníricos de un niño medio ensordecido. A pesar de haberlos visto entrar, no me creí que en esa iglesia, que más parecía establo, hubiese docenas de hombres, mujeres y niños quemándose. Y creo saber el porqué.
El problema, creo yo, es cómo se pinta la actitud de los alemanes. Elogiable, eso sí, el detalle del germano gafitas que parecía no saber qué hacer con su rifle. Eso, y su colega vomitando, fue lo único que me pareció real de la escena. No me trago que un batallón entero perpetre tal suceso como si estuvieran en la barra del bar, o de merienda, o viendo los Monty Phyton.
Me hubiera creído a los cuatro típicos acomplejados, exaltados por (querer) creerse su presunta superioridad aria, que por cierto, a golpe de 1943 ya no la debían de tener tan clara. A otros cuantos más indiferentes, arios superiores incluso en las malas, también. Pero otros muchos tendrían que haber esto, al menos, torciendo el gesto. Me dicen que lo haga, pues lo hago. Oficio. Pero joder, vaya mierda. En fin, es la guerra, y miro a un lado. Y por supuesto, imagino vomitandio a unos cuantos, no sólo a uno, porque en esa escena alemanes hay para aburrir. Pero de picnic todos menos uno, no me lo creo, y punto. Eso me saca de la película.
Por otro lado, no me acaba de gustar la dirección, ni la fotografía, que tantos alaban. Será que soy un indocumentado en estos temas, pero ojo, he visto planos y planos larguísimos provenientes -precisamente- del Este, y de más de ese Este, que me han dejado maravillado. Planos secuencia alucinantes. Encuadres fantásticos. Aquí dicen que hay de lo uno y de los otros, pero lo que veo es a R. Rodríguez haciendo el Mariachi (cojonudamente, eso sí) con 4 duros, y no a un soviético al que el Partido le encarga -se supone, con barra libre- conmemorar los 40 de la victoria sobre el nazi. Y lo digo no por saber esto antes de ver la película, que no lo sabía. Lo digo ahora que lo sé, por buscar una explicación.
Los momentos Lynch, o líricos, u oníricos del principio, pues vale. Pero noto que otros han hecho mejor cosas parecidas.
El progreso del personaje, vale, bien, pero también tengo el regusto de que eso ya se ha hecho mejor, y muchas veces.
Conclusión: habiendo visto, y luego estudiado, me sale la palabra DESAPROVECHADA. Y no, no me gustó.
Noté la inmersión en la escena de la vaca.
Normal, habiéndose usado, parece ser, munición real. Acojonaba ver las trazadoras, sintiendo sin ver -casi al tacto- el plomo que iba con ellas.
No me considero "animalista", aunque me gustan los animales; pero una de las cosas que me puso los pelos de punta fueron los estertores de la vaca. Será que eran reales (parece ser, también), y se notaba. He vivido muchas matanzas de animales (cerdos sobre todo), con sus chillidos brutales que te indican el momento en que saben perfectamente lo que les espera. Sus estertores finales sentidos al tacto, con todo el cuerpo (no es fácil sujetarlos sin herramientas). Sus pelados a fuego y sus despieces, cubierto de sangre y grasa recién sacada, humeante y descubriendo vísceras. Pues "acostumbrado" a eso, el enseñarme Klimov agonizar esa vaca sí me provocó inmersión, como los propios tiros de la ametralladora antes, durante, y después de haberla matado.
Vale, también los bombardeos. No sé por qué, quizá sea el contraste con lo que sucedía antes y después, pero en esta película los bombazos me parecieron más reales que en ninguna otra. Y las habré visto casi todas. En esta daban más miedo.
El soldado alemán vomitando, en la famosa escena de la iglesia.
Está claro que mi inmersión fue muy escasa, teniendo en cuenta que se estaba retratando la aniquilación masiva de los hombres, mujeres y niños de pueblos enteros, ya en plan tiro al plato con posterior apilamiento, ya fuera apretujados en una iglesia a modo de pira gigante. No funcionó conmigo el recurso de ver la iglesia sólo desde fuera oyendo los gritos, digamos, oníricos de un niño medio ensordecido. A pesar de haberlos visto entrar, no me creí que en esa iglesia, que más parecía establo, hubiese docenas de hombres, mujeres y niños quemándose. Y creo saber el porqué.
El problema, creo yo, es cómo se pinta la actitud de los alemanes. Elogiable, eso sí, el detalle del germano gafitas que parecía no saber qué hacer con su rifle. Eso, y su colega vomitando, fue lo único que me pareció real de la escena. No me trago que un batallón entero perpetre tal suceso como si estuvieran en la barra del bar, o de merienda, o viendo los Monty Phyton.
Me hubiera creído a los cuatro típicos acomplejados, exaltados por (querer) creerse su presunta superioridad aria, que por cierto, a golpe de 1943 ya no la debían de tener tan clara. A otros cuantos más indiferentes, arios superiores incluso en las malas, también. Pero otros muchos tendrían que haber esto, al menos, torciendo el gesto. Me dicen que lo haga, pues lo hago. Oficio. Pero joder, vaya mierda. En fin, es la guerra, y miro a un lado. Y por supuesto, imagino vomitandio a unos cuantos, no sólo a uno, porque en esa escena alemanes hay para aburrir. Pero de picnic todos menos uno, no me lo creo, y punto. Eso me saca de la película.
Por otro lado, no me acaba de gustar la dirección, ni la fotografía, que tantos alaban. Será que soy un indocumentado en estos temas, pero ojo, he visto planos y planos larguísimos provenientes -precisamente- del Este, y de más de ese Este, que me han dejado maravillado. Planos secuencia alucinantes. Encuadres fantásticos. Aquí dicen que hay de lo uno y de los otros, pero lo que veo es a R. Rodríguez haciendo el Mariachi (cojonudamente, eso sí) con 4 duros, y no a un soviético al que el Partido le encarga -se supone, con barra libre- conmemorar los 40 de la victoria sobre el nazi. Y lo digo no por saber esto antes de ver la película, que no lo sabía. Lo digo ahora que lo sé, por buscar una explicación.
Los momentos Lynch, o líricos, u oníricos del principio, pues vale. Pero noto que otros han hecho mejor cosas parecidas.
El progreso del personaje, vale, bien, pero también tengo el regusto de que eso ya se ha hecho mejor, y muchas veces.
Conclusión: habiendo visto, y luego estudiado, me sale la palabra DESAPROVECHADA. Y no, no me gustó.