James Franco se enfrenta a esta especie de biopic sin ninguna pretensión. Con una realización totalmente correcta, sin artificios, nada que visualmente destaque, algo así como la película a la que homenajea. Los que conocemos "The Room" y admiramos su increíble fealdad, seremos saciados. Y es que ese espíritu del "So bad, It's Good" que nos envelesó está en "The Disaster Artist" retratado de forma que lo embellece. Es una oda a lo horrendo, a la vergüenza ajena, pero sobretodo es una fábula que nos enseña a querer y admirar nuestras más vergonzosas creaciones.

He tenido la suerte de poder sentarme en la sala de cine con alguien que ni siquiera conocía "The Room" (la película que retratan), y al comparar opiniones he confirmado algo bueno. No hace falta que conozcas esa película para poder disfrutar de la de James Franco. Todos reímos a carcajadas con la divertidísima interpretación que nos retrata a ese personaje real que es Tommy Wiseau.

Un humor descacharrante, un trasfondo sincero e incluso profundo, unas interpretaciones fabulosas, y todo ha salido de "La peor película de la historia".