Una apología del alcohol para jóvenes, que parece venir de un anciano con una altísima tolerancia a esta droga. La película, sólo por eso, ya debería ser para mayores de 18 años. El personaje principal parece tener un poder mágico que le permite beber sin límites sin llegar al coma etílico. El 75% de la película gira alrededor de ello. La protagonista es más "cool" cuanto más bebe, sin dar ninguna explicación a este "poder" y pasándolo como algo normal. Incluso dan a entender que es una menor de edad viviendo su primera experiencia con esta droga. Un sinsentido colorista y a veces divertido, pero que no va más allá. Una pocas referencias bibliográficas te harán creer que hay una profundidad en este metraje, pero no deja de ser un ejercicio de animación prácticamente vacío.