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Fej Delvahe rating:
7
5.7
191
Drama
Jenny Cole lives with her husband and son in middle America. She is pregnant and starts to have very vivid dreams about a small city that has a big church. She then starts talking to her mother about it and her mother shows her some drawings she made when she was a child. To her amazement they are identical to the drawings from her dreams that she is now having. Jenny and her mother do research and find that the dreams are about a small ... [+]
Language of the review:
- es
January 31, 2012
16 of 20 users found this review helpful
Estamos ante una película hecha para televisión, de gran sensibilidad, que suscita las emociones y nos hace llorar tanto si lo queremos como si no. Difícilmente pueden contenerse las lágrimas en las escenas de los últimos quince minutos finales donde interviene el viejo y célebre actor Hume Cronyn, interpretando magistralmente uno de sus últimos papeles en esta vida (murió en 2003).
"Los hijos del ayer" es una película de tema espiritual, no tanto espiritista o espírita como esencialmente espiritual. Pues toca la creencia en el Más Allá de esta vida, la existencia de espíritus que viven en ese Más Allá y la manifestación o influencia de éstos sobre nosotros los vivos de este mundo para que nos inclinemos a actuar de una determinada forma.
Pero lo mejor del filme es que no es absolutista, o sea dogmático en el peor sentido del término, como suelen ser muchas de las personas llamados espíritas o fieles del movimiento espiritista del francés Allan Kardec u otros por el estilo. Es decir, este filme no pretende el maridaje unívoco de la hipótesis de la existencia de la vida espiritual o de los espíritus con la hipótesis de la reencarnación (lo cual, es muy propio de los fundadores, presidentes y numerosos sectarios que forman parte de las creencias espíritas o espiritistas).
Lo excelente de este filme y de esta historia es que presenta a una mujer, a la que el espíritu o alma de otra mujer que vivió en la Tierra y murió solo unas décadas atrás le infunde sueños y visiones para que de alguna forma haga algo por investigar y resolver un asunto que ella cuando pasó por este mundo trató de dejar resuelto y al parecer no lo está. La influencia de dicho espíritu desde el Más Allá sobre la mente de una persona de carne y hueso aquí, no se concibe sólo desde el punto de vista de la interpretación espírita-kardeciana, sino que también contempla la posibilidad o interpretación escatológica desde el punto de vista cristiano-católico, es decir, las almas no se reencarnan después de morir el cuerpo en el que nacieron y vivieron aquí en la Tierra; sí sobreviven en un Más Allá e incluso, algunas almas desde esa dimensión postrera, pueden logran influir en determinados vivos que aquí seguimos, hacernos indicaciones o comunicarse con nosotros; pero sin asociar la creencia de la vida después de la muerte a la creencia en la reencarnación.
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"Los hijos del ayer" es una película de tema espiritual, no tanto espiritista o espírita como esencialmente espiritual. Pues toca la creencia en el Más Allá de esta vida, la existencia de espíritus que viven en ese Más Allá y la manifestación o influencia de éstos sobre nosotros los vivos de este mundo para que nos inclinemos a actuar de una determinada forma.
Pero lo mejor del filme es que no es absolutista, o sea dogmático en el peor sentido del término, como suelen ser muchas de las personas llamados espíritas o fieles del movimiento espiritista del francés Allan Kardec u otros por el estilo. Es decir, este filme no pretende el maridaje unívoco de la hipótesis de la existencia de la vida espiritual o de los espíritus con la hipótesis de la reencarnación (lo cual, es muy propio de los fundadores, presidentes y numerosos sectarios que forman parte de las creencias espíritas o espiritistas).
Lo excelente de este filme y de esta historia es que presenta a una mujer, a la que el espíritu o alma de otra mujer que vivió en la Tierra y murió solo unas décadas atrás le infunde sueños y visiones para que de alguna forma haga algo por investigar y resolver un asunto que ella cuando pasó por este mundo trató de dejar resuelto y al parecer no lo está. La influencia de dicho espíritu desde el Más Allá sobre la mente de una persona de carne y hueso aquí, no se concibe sólo desde el punto de vista de la interpretación espírita-kardeciana, sino que también contempla la posibilidad o interpretación escatológica desde el punto de vista cristiano-católico, es decir, las almas no se reencarnan después de morir el cuerpo en el que nacieron y vivieron aquí en la Tierra; sí sobreviven en un Más Allá e incluso, algunas almas desde esa dimensión postrera, pueden logran influir en determinados vivos que aquí seguimos, hacernos indicaciones o comunicarse con nosotros; pero sin asociar la creencia de la vida después de la muerte a la creencia en la reencarnación.
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SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Esta visión o punto de vista del fenómeno está bien, pues a pesar de que la creencia en la reencarnación ha estado presente en toda la humanidad desde la antigüedad, en las religiones egipcia, griega, hinduista, budista y romana, siendo sin duda una hipótesis muy respetable, hoy en día está exageradamente presente en todos lados, incluso hasta en el interior del cristianismo donde también pulula y la defienden dogmática y absolutistamente algunas sectas cristianas o que se consideran seguidoras ya de Jesucristo ya de su Evangelio.
No renunciemos a ser racionales: toda creencia debe ser periódicamente revisada, incluso las más dogmáticas; por supuesto que esto no se lo recomendarán ciertos espiritistas o personas que no tienen nada sobre lo que callar, pues según parece ellos "lo saben todo del Más acá y del Más allá". Pero insisto, ¡cuidado con las creencias! La verdad, no lo será más porque renunciemos al raciocinio.
Fej Delvahe
No renunciemos a ser racionales: toda creencia debe ser periódicamente revisada, incluso las más dogmáticas; por supuesto que esto no se lo recomendarán ciertos espiritistas o personas que no tienen nada sobre lo que callar, pues según parece ellos "lo saben todo del Más acá y del Más allá". Pero insisto, ¡cuidado con las creencias! La verdad, no lo será más porque renunciemos al raciocinio.
Fej Delvahe