Gran película del incombustible Ben Affleck, que consigue una vez más dejarnos boquiabiertos con su grandísimo talento como director, (lleva pleno, 3 películas, las 3 buenas).
Su última obra nos cuenta una historia real, (desclasificada por el presidente Clinton muchos años después de cuando ocurrió), que se centra en la toma de la embajada norteamericana por parte de los iraníes, de las personas que lograron escapar y ocultarse en la embajada canadiense y el estrambótico (y cómico) modo en el que fueron rescatados.
El bueno de Ben cuida y mima con escuadra y cartabón cada detalle de la película, sin necesidad de utilizar los artificios típicos de las películas de hoy en día, todo resulta creíble y espectacularmente cuidado, y eso que es un director aún "primerizo".
Es cierto que no entusiasma, pero porque cuenta las cosas tal y como ocurrieron, recurriendo de forma más que inteligente a un agradecido humor negro, sobre todo protagonizado por el personaje de John Goodman y su colega.
Para mi gusto, no es la mejor película del año, ni la que más me ha gustado, pero no le quitaría su merecidísimo Óscar.