Muy sencillo , es una película original, entretenida de principio a fin, sin gran despliegue de escenarios ni de producción, por lo contrario se centra en la cabina telefónica de una avenida, todas las actuaciones son muy buenas, tanto los protagonistas Farrel y Whitaker como los de reparto, con alto contenido dramático y mucho suspenso, un lenguaje simple y cotidiano, una historia factible, que podría suceder perfectamente en la realidad, susceptible de existir a la vuelta de la esquina, de hecho un realismo tal, que logra demostrar cual prueba de laboratorio, que los héroes de siempre (F.B.I,CIA, etc) son falibles como cualquier institución, a pesar de los recursos con que cuenten, y un final con un remate sutil e inesperado, un giro en la historia que deja abiertas las puertas para una secuela, claro que hecha en otra parte, un ascensor, el baño de un avión, creo que Larry Cohen (el guionista) lo lograría perfectamente. Yo le podría aportar unos cuantos desgraciados para que sean procesados por Sutherland.
Está film es el fiel exponente del porqué en el mundillo del cine, se dice que para que una película sea buena, depende de la calidad del guión y que no es necesaria una mega producción para lograrlo. Siendo apenas un simple cinéfilo y ajeno a dicho mundillo, me atrevería a decir que deberían usar “La última llamada” de ejemplo en las academias de cine.