Después de ver esta película me sigo reafirmando en que odio a este personaje. A lo mejor se me echa mucha gente encima, pero hasta la fecha no he visto ni una sola película de Sherlock Holmes que me gusta. Y creo que el problema radica en el personaje el cual no puedo soportar. Siempre me ha parecido un engreído, un sabiondo y un prepotente. Por lógica la historia que tenga un protagonista que se deteste no puede gustar.
Por otro lado pensé que era cosa de las adaptaciones cinematográficas, pero reconozco que los libros que he leído del personaje de Arthur Conan Doyle tampoco me gustan.
Aun así, decidí ver esta película que todo el mundo me decía que era la película de la infancia de mi generación. Al principio me atrajo al ver que estaba producida por Steven Spielberg y por Frank Marshall, y además dirigida por Barry Levinson. Pero a los 10 minutos me pareció insufrible.
La historia me parece aburrida y el guión no se sostiene por ningún lado. Creo que el repelente niño Vicente de Holmes adivina los casos siguiendo unas pistas que en mi opinión no tienen ninguna conexión entre ellas; bueno solo para los guionistas que han escrito esta historia sin sentido donde unos aspirantes a faraones asesinan en plena época victoriana.
Sinceramente, la película me aburrió. No me distrajo nada. Lo único destacable para mí es los efectos especiales, los cuales están bien para la época.
Con respecto a los actores, decir que las interpretaciones son malas. Aunque claro hay ciertas frases que por muy buen actor que sea uno creo que debe ser complicado que resulten reales.
En fin, una decepción de película que a lo mejor en su época tuvo buena aceptación entre el público infantil, pero que actualmente resulta un plomo.