Tercera entrega de esta saga que decpciona enormemente y que pierde todo el interés que tenía su primera entrega, y lo salvable que tenía la segunda.
Una película que coge una directriz alternativa y deja de lado el tema de las despedidas de soltero, centrándose en el personaje de Zach Galifianakis y de Ken Jeong. Dos personajes que funcionaron muy bien en los otros dos films, los cuales llevaban la mayor parte del peso cómico, y que en esta ocasión han intentando centrarse en ellos para ver si funcionan mucho más. El resultado ha sido una terrible decepción.
Muy poco destacable de esta nueva película salvo alguna escena muy puntual que funciona cogida con alfileres. Escenas que no consiguen levantar del tremendo aburrimiento que uno sufre y que se va incrementando conforme van pasando los minutos.
Para mí ha sido una tremenda decepción ya que me esperaba muchísimo más. Es un pena que se alejen tanto de la línea principal de la despedida de soltero, para intentar que la historia paralela que plantean funcione; ya que el resultado es ante todo decepcionante.
Todd Phillips y su elenco de actores no hacen nada para intentar salvar este bote que se hunde sin remisión, gracias a un cargamento lleno de gags poco ingeniosos, y escenas que son forzadas para ser graciosas y que luego no consiguen para nada el efecto deseado.
En fin, no puedo decir mucho de esta decepción salvo que no se vea si uno no quiere perder la tremenda alegría que uno se lleva con la primera entrega. Es cierto que la segunda pierde fuerza, pero esta última ni siquiera llega a cogerla. Una sucesión de momentos centrados en esos dos personajes que funcionan muy bien como personajes corales, pero que al darles protagonismo y se exageran sus maneras de ser, da como resultado un film que no produce gracia y que aburre sobremanera desde el minuto uno.