Película honesta, con buenas interpretaciones, sobre un tema aún olvidado que la sociedad intenta ignorar por ser tal vez confuso y molesto. Una mujer transexual que intenta reconducir su vida; la dificultad de encontrar una pareja que acepte sus circunstancias, el dilema de romper una familia que quiere pero en la que no puede ser quien es en realidad, la soledad, los prejuicios, el intrusismo en su vida personal incluso en entrevistas de trabajo, los fetiches e insultos.

Una estética austera propia del cine nórdico, con silencios espaciados para que los personajes se centren en su propia introspección. Realismo. Sin tabús. Sincero.

Mención especial para la protagonista (Maarit), con una interpretación genial y encarnando a un personaje lleno de bondad, de ganas de ayudar, de carisma, de fuerza, pero también de incertidumbres y errores, como cualquier otra persona.

Película recomendable y entretenida. No es una obra maestra pero creo que consigue lo que se propone: hacernos pensar, ponernos en la piel de tantas personas que luchan por vivir en el cuerpo en el que se sienten cómodas.
Todavía necesitamos aprender muchas cosas de ellas y abrir de una vez por todas las barreras sociales contra lo diferente. Me quito el sombrero ante cualquiera que se atreva a vivir como quiere de verdad y a ser quien es. Sin mentiras.