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Gabriel Ufa rating:
7
6.8
1,058
Drama
Selfish Stanley Timberlake abruptly breaks up with her fiancé and seduces her sister's husband, who runs away with her. After the wayward spouse gets divorced, he marries the wicked woman, but her lying, cheating ways soon drive him to suicide. Then Stanley returns home to her family, where she continues to wreak havoc on those around her.
Language of the review:
- es
July 23, 2009
29 of 29 users found this review helpful
Segunda película de John Huston, tras el magnífico debut del emblemático clásico de cine negro “El halcón maltés”, demostrando ser un polivalente director, aceptando dirigir este intenso drama, con un fuerte protagonismo de Bette Davis y una Olivia de Havilland, dulce como ella sola.
Es la historia de dos hermanas de Virginia; lo único que comparten es que ambas tienen nombre de varón. Stanley (Bette) es caprichosa, engreída, hace lo que le viene en gana, sólo se importa a sí misma. Es la mimada de la casa y la preferida de su adinerado tío, Charles Coburn (quien subliminalmente siente un deseo incestuoso, en un momento dado le dice que tiene algo para ella en el bolsillo y ella se pone a hurgar para encontrarlo). Por contra, Roy (Olivia) es bella, delicada, cariñosa, servicial, exquisita en sus modales, en definitiva, a-d-o-r-a-b-l-e.
Sin desvelar nada más de los vaivenes del argumento, hay que decir que en su momento hubo voces críticas por la exacerbada actuación de Bette. Según John Huston en su autobiografía, Bette Davis le fascinaba y le dio rienda suelta. Entendía su interpretación como la expresión de su obstinada honradez como actriz. ¿Acaso debería dar un toque de ternura y simpatía a ese personaje racista y malévolo?
Lo que está claro es que ella entendió su personaje a la perfección y que su cometido no era provocar simpatías ni ser remilgada.
Quiero destacar también a la encantadora Olivia de Havilland, que le roba parte del protagonismo a Bette, comiéndose la pantalla cuando aparece, con unos planos fantásticos (posiblemente potenciados por John Huston, con quien mantenía un romance en aquellos momentos). En spoiler comento una escena.
También aparece Hattie McDaniels (ganadora del Oscar en 1940, por el inolvidable papel de “Mummy” de “Lo que el viento se llevó”) como la eficiente sirvienta y sufrida madre de Parry (Ernest Anderson). Hay un tímido alegato por la igualdad racial, sobre la base de que la sociedad no los considera iguales en el escalafón social ni en el profesional.
La dirección de John Huston es firme y sólida, con una fluidez narrativa envidiable, una puesta en escena tan sutil como efectiva, confiriendo al film la velocidad adecuada en cada momento. La película resulta, pues, de lo más entretenida, a pesar de algunos clichés y un maniqueísmo manifiesto, buscado pero elegante (Stanley/Diablo, Roy/Ángel), y sin duda, de lo más funcional, siempre en beneficio del espectáculo cinematográfico.
Es la historia de dos hermanas de Virginia; lo único que comparten es que ambas tienen nombre de varón. Stanley (Bette) es caprichosa, engreída, hace lo que le viene en gana, sólo se importa a sí misma. Es la mimada de la casa y la preferida de su adinerado tío, Charles Coburn (quien subliminalmente siente un deseo incestuoso, en un momento dado le dice que tiene algo para ella en el bolsillo y ella se pone a hurgar para encontrarlo). Por contra, Roy (Olivia) es bella, delicada, cariñosa, servicial, exquisita en sus modales, en definitiva, a-d-o-r-a-b-l-e.
Sin desvelar nada más de los vaivenes del argumento, hay que decir que en su momento hubo voces críticas por la exacerbada actuación de Bette. Según John Huston en su autobiografía, Bette Davis le fascinaba y le dio rienda suelta. Entendía su interpretación como la expresión de su obstinada honradez como actriz. ¿Acaso debería dar un toque de ternura y simpatía a ese personaje racista y malévolo?
Lo que está claro es que ella entendió su personaje a la perfección y que su cometido no era provocar simpatías ni ser remilgada.
Quiero destacar también a la encantadora Olivia de Havilland, que le roba parte del protagonismo a Bette, comiéndose la pantalla cuando aparece, con unos planos fantásticos (posiblemente potenciados por John Huston, con quien mantenía un romance en aquellos momentos). En spoiler comento una escena.
También aparece Hattie McDaniels (ganadora del Oscar en 1940, por el inolvidable papel de “Mummy” de “Lo que el viento se llevó”) como la eficiente sirvienta y sufrida madre de Parry (Ernest Anderson). Hay un tímido alegato por la igualdad racial, sobre la base de que la sociedad no los considera iguales en el escalafón social ni en el profesional.
La dirección de John Huston es firme y sólida, con una fluidez narrativa envidiable, una puesta en escena tan sutil como efectiva, confiriendo al film la velocidad adecuada en cada momento. La película resulta, pues, de lo más entretenida, a pesar de algunos clichés y un maniqueísmo manifiesto, buscado pero elegante (Stanley/Diablo, Roy/Ángel), y sin duda, de lo más funcional, siempre en beneficio del espectáculo cinematográfico.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Hay una escena en la que Stanley está muy alterada, en cama, por el suicidio de Peter. Roy (Olivia de Havilland) la calma, poco a poco, hasta que la duerme como a un bebé. Al arroparla, encuentra la foto de Peter, sintiendo una gran emoción contenida. ¡Magistral!
Posiblemente, el mejor momento del film es la acalorada conversación que mantiene Bette Davis con su tío, al que le quedan 6 meses de vida. El sólo busca su complicidad, ella sólo busca salvar su pellejo al verse contra las cuerdas. Cuando no encuentra lo que busca, lo desprecia y lo humilla cruelmente.
-Pero es que voy a morir, ¿no lo entiendes? Voy a morir.
-Sí, vas a morir, pero tú eres viejo, ya has vivido y yo apenas he comenzado a vivir. Piensa en mí. Piensa en qué será de mí si no me sacas de este aprieto. Ni siquiera me escuchas. No te importa lo que me ocurra, eres como todos. No te importa que vaya a la cárcel. Lo único que te importa es tu miserable vida. Pues por mí,¡ puedes morirte!
Sin duda, una de las recreaciones más perversas de Bette Davis.
Posiblemente, el mejor momento del film es la acalorada conversación que mantiene Bette Davis con su tío, al que le quedan 6 meses de vida. El sólo busca su complicidad, ella sólo busca salvar su pellejo al verse contra las cuerdas. Cuando no encuentra lo que busca, lo desprecia y lo humilla cruelmente.
-Pero es que voy a morir, ¿no lo entiendes? Voy a morir.
-Sí, vas a morir, pero tú eres viejo, ya has vivido y yo apenas he comenzado a vivir. Piensa en mí. Piensa en qué será de mí si no me sacas de este aprieto. Ni siquiera me escuchas. No te importa lo que me ocurra, eres como todos. No te importa que vaya a la cárcel. Lo único que te importa es tu miserable vida. Pues por mí,¡ puedes morirte!
Sin duda, una de las recreaciones más perversas de Bette Davis.