Richard Donner se encuentra con Bruce Willis y hace la película que haría cualquier otro director (entendámonos cine de acción con Bruce Willis dentro) en su lugar. Seguro que sesudos críticos y estudiosos hallarán el toque Donner en este film pero para los que no hemos encontrado casi nunca en Richard Donner nada que se le parezca un poco a cine de autor "16 calles" es un déjà vû aplastante. Realmente poco importa que sean 16 calles que 54 de lo que se trata es de persecución constante con escena de autobús masacrado por las balas que recuerda a cierta película de Clint Eastwood ¿verdad? Bruce Willis hace de Bruce Willis en plan que-viejo-y-harto-de-todo-estoy-pero-aún-tengo-tiempo-para-hacer-algo-bueno y Mos Def de testigo al que tiene que proteger con verborrea crónica. Si bien no es todo un sufrimiento su visionado es instantáneo su casi completo olvido según suben las letritas de crédito. Willis sigue teniendo un bono vida entre tanto tiroteo y la escenita final se la podrían haber ahorrado, aunque bueno, por dinero no será.