Vista en la superficie, en sus primeros minutos puede parecer una comedia alemana al uso, para bien y para mal, en la que Hitler vuelve a Alemania (un poco como "y al tercer año resucitó" pero cambiando de monstruo) y se enfrenta a la vida moderna. Te hueles una comedia de viajes en el tiempo, con sus gags al uso, todo ello envuelto en la asepsia típica de las producciones germanas.
Pero al paso de los minutos se convierte en una áspera HOSTIA en toda la cara de una sociedad aborregada, dispuesta a tragarse lo que le ofrezcan si lo visten de lo que quieren oír.
Pero eso sí, tampoco renuncia al chascarrillo. Unas veces más facilón, otras más elaborado, y algunas francamente bizarro y bruto pero mezclados con bastante acierto.

Muestra a Hitler como un personaje ridículo que en su evolución (que la hay, afortunadamente) pasa a aterrador y luego a hipnotizador de masas.

Habla de buenrrollistas de postal que se quitan la máscara cuando les tiran de la lengua, de manipulación de las masas a través de los medios, de hacer LO QUE SEA por la pasta y la audiencia, de escrúpulos bajo mínimos.

Habla, en definitiva, de que parece que ese hijo de puta de AH no se haya ido nunca.

La película puede parecer mejor o peor, pero desde luego nadie le puede negar una gran valentía con la que está cayendo en Alemania con el tema.