Parafraseando, o más bien haciendo un juego de palabras, a Joaquín Prat, porque más o menos de esto va la película. Y es que en vez de exponernos un equipo de música HI-FI,una aspiradora o lo que sea para poner su precio, nos exponen unos hechos que nosotros deberemos juzgarlos, sin saber cuál es el que más se acerca a la realidad. Un juicio en el que cuatro personas tienen un punto de vista sobre una violación con posterior asesinato. Los más interesantes son los dos últimos juicios, ya que aparece hasta una vidente que habla lo que le dice el muerto, da incluso miedo. Me recuerda a la que aparece en Trono de Sangre, encima coinciden en que las dos hablan con voz de hombre.
La película gana conforme se van haciendo los juicios paralelos. Al principio no me gustó mucho pero el final es bastante interesante, además de la reflexión que nos deja.
Lo que más me impresiona de estas películas es lo mucho que se puede hacer con tan poco y hacerlo tan bien.
Mifune sigue sin defraudarme tras muchas películas que he visto de él. Es un genio en las escenas de peleas o de batallas, además expresa la locura como nadie.