La nueva película del hipervitaminado Michael Bay me ha resultado toda una sorpresa, no sé si agradable o no, pero sí que es una sorpresa. En primer lugar, porque, como ocurría con “Orgullo y dolor”, aquí Michael Bay rebaja todos sus truquitos y si pirotecnia habitual para intentar ofrecernos un relato un poco más optimista que prescinde de su habitual apabullamiento digital o de mareantes movimientos de cámara. De acuerdo, tomaremos eso como una virtud (¿realmente lo es?), otra cosa que me ha sorprendido es la sobriedad con la que están rodadas las escenas de acción, con planos muy generales y muy abiertos y huyendo de nerviosos primeros planos que solo hacen que sobrecargar la acción. Tanto en las escenas de día como en las de noche, y a excepción de esas imágenes grabadas con drones (para abaratar costes) me ha parecido una manera inteligente e incluso visualmente hermosa de presentar la guerra (con el simple truco de abrir el foco lo máximo posible, emulando a David Lean). De acuerdo, tomaremos esa elegancia técnica como otra virtud. Pero ahí acaba todo. O mejor dicho, ahí comienzan los defectos. El guion es vergonzosamente cursi, falsamente heroico, incluso es cursi y apenas entiende de tiempos: tarda demasiado en arrancar y cuando lo hace, el espectador ya está aburrido de ver a esos tipos de un lado a otro sin una historia detrás. Estoy de acuerdo que hay que dotar de un background a los personajes, incluso en una película de estas características, pero alargar eso y hacerlo de manera ingenua, es un error de peso. Lo segundo son los actores: la mitad del casting están para pegarles realmente un tiro en la pierna y la otra mitad son actores correctos en los papeles equivocados. En esto se nota mucho que es una película que no tiene un gran presupuesto y que ha optado por actores teóricamente solventes en vez de grandes estrellas, pero con el casting... se han estrellado realmente (primer y único chiste malo de esta crítica). A la película le sobra metraje, tarda en coger ritmo (a pesar de ese burdo truco de poner una falsa escena de acción en la llegada del protagonista, que ya te avisa que la película tiene un grave problema de ritmo). Ahora bien... ¿Es una mala película? No tanto, podría haber sido mucho mejor, pero si no eres demasiado exigente y te gustan las hazañas belicas: adelante. Incluso puede que disfrutes aunque tengas que esperar unos interminables 60 minutos a que comience el mambo.