Lucas (Mads Mikkelsen) es un buen tipo que trabaja en una guardería infantil en una zona rural de Suecia, pasa el tiempo con sus amigos, así como intenta rehacer su vida amorosa con una compañera de trabajo.

Su vida, podría decirse, es sumamente correcta, un individuo tranquilo que vive solo y que se puede decir, su único problema es que no logra ver a su hijo adolescente por diversos inconvenientes con su ex esposa.

Sin embargo, esa apaciguada monotonía se ve truncada un día de tantos, cuando un comentario fortuito, tras una situación fortuita, por un evento fortuito que fue más un juego de niños desencadena una serie de acusaciones en contra de Lucas.

La idílica vida del protagonista se ve entonces sumergida en una serie de calumnias en contra de su persona, un rumor que pronto será historia del pueblo que reacciona de forma agresiva y hostigadora en contra de él.

Así, a lo largo del film se van viendo una serie de personajes que atentan en contra de la inocencia o la culpabilidad de Lucas, si bien es cierto el espectador conoce la verdad, es interesante ir viendo las reacciones de las distintas personas a su alrededor.

En ese punto, es donde Mads Mikkelsen surge y se erige como el gran actor consolidado que es, con una carrera ya muy bien establecida tanto en Estados Unidos como en Europa, logra aquí, un trabajo entregado y formidable.

Ya que toqué el punto actoral donde por cierto todos andan excelentes, no puedo dejar de recalcar, además del protagonista, a Thomas Bo Larsen, que logra una precisa interpretación de su personaje.

Jagten es un film muy sólido, construido de forma impecable por un sobrio Vinterbergh, que logra mantener el interés, que va subiendo su nivel hasta llegar a un tremendo clímax llevado de forma magistral.