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Samizdat rating:
8
7.3
853
Drama
Matteo Scuro (Marcello Mastroianni) is a retired Sicilian railroad worker, a widower with five children, all of whom live on the mainland and hold responsible jobs. He decides to surprise each with a visit and finds none as he imagined. The film is a veritable travelogue across contemporary Italy, as Matteo journeys to Napoli, Roma, Firenze, Milano, and Turino to search for each of his children; he even spends one night on the streets ... [+]
Language of the review:
- es
January 21, 2011
12 of 12 users found this review helpful
Después de "Cinema Paradiso" (1988), uno de los más grandes éxitos de crítica y público del cine italiano, difícil era que el joven director siciliano Giuseppe Tornatore (nacido en 1956) pudiese lograr un resultado parecido. Sin embargo, su siguiente película, "Están todos bien" mantiene bastante bien el tipo, gracias en gran medida al "savoir faire" de su protagonista, Marcello Mastroianni.
"Están todos bien" es una singular "road movie" que narra el viaje de un anciano siciliano, interpretado por Mastroianni, a diferentes ciudades de Italia para visitar a sus cinco hijos, ya que ellos, por alguna razón que él desconoce, no han acudido como cada año a visitarlo a su pueblo de Sicilia. La película se articula por lo tanto como un recorrido del sur al norte de Italia (llamativo cuántas películas italianas hacen uso de este motivo del viaje norte-sur, o viceversa, muchas veces para poner de relieve las enormes diferencias entre las dos zonas del país), en que el protagonista Matteo Scuro (nombre bastante simbólico, este de "oscuro") pasa sucesivamente por Nápoles, Roma, Florencia, Milán y Turín. Pero este recorrido exterior, que ofrece por cierto un hermoso repertorio de paisajes urbanos de las citadas ciudades) es a la vez un viaje interior, en el que lo que importa es la transformación del protagonista a medida que va descubriendo cosas que no sospechaba acerca de sus hijos. La película, como es frecuente en el cine italiano, mezcla sabiamente lo trágico y lo cómico, lo grave y lo ligero, aunque no puede dejarse de notar que predomina, sobre todo hacia el final del filme, un tono oscuro en consonancia con el apellido del personaje principal.
"Están todos bien" es una singular "road movie" que narra el viaje de un anciano siciliano, interpretado por Mastroianni, a diferentes ciudades de Italia para visitar a sus cinco hijos, ya que ellos, por alguna razón que él desconoce, no han acudido como cada año a visitarlo a su pueblo de Sicilia. La película se articula por lo tanto como un recorrido del sur al norte de Italia (llamativo cuántas películas italianas hacen uso de este motivo del viaje norte-sur, o viceversa, muchas veces para poner de relieve las enormes diferencias entre las dos zonas del país), en que el protagonista Matteo Scuro (nombre bastante simbólico, este de "oscuro") pasa sucesivamente por Nápoles, Roma, Florencia, Milán y Turín. Pero este recorrido exterior, que ofrece por cierto un hermoso repertorio de paisajes urbanos de las citadas ciudades) es a la vez un viaje interior, en el que lo que importa es la transformación del protagonista a medida que va descubriendo cosas que no sospechaba acerca de sus hijos. La película, como es frecuente en el cine italiano, mezcla sabiamente lo trágico y lo cómico, lo grave y lo ligero, aunque no puede dejarse de notar que predomina, sobre todo hacia el final del filme, un tono oscuro en consonancia con el apellido del personaje principal.
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Spoiler:
Un gran acierto de la película, me parece, es la forma en que integra en el relato las pesadillas y ensoñaciones del protagonista, lo que da al filme un tono muy felliniano. Especialmente destacable la secuencia de la pesadilla con la que se expresa visualmente la angustia de Scuro por el destino de sus hijos, con esa especie de monstruo, entre medusa y globo aerostático, que los arrastra por el cielo, una imagen de estirpe surrealista que está entre las más memorables del filme. Muy acertada también la idea de fundir sin solución de continuidad el presente del viaje y las ensoñaciones del protagonista, en las que ve a sus hijos como los niños necesitados de protección que para él continúan siendo.
"Están todos bien" está repleta de escenas dignas de ser recordadas, algunas de las cuales mantienen el tono onírico a pesar de no tratarse propiamente de sueños ni ensoñaciones, como la visión de ese ciervo parado en mitad de la autopista, deteniendo el tráfico, los barrenderos que recogen las golondrinas muertes de la Fontana de Trevi, o las luciérnagas artificiales enfrente del Duomo de Milán. Y, sobre todo, la escena final de la película, en ese cementerio siciliano en un promontorio junto al mar.
No puede dejarse de mencionar la muy evocadora banda sonora de Ennio Morricone, especialmente apropiada en los paisajes oníricos, premiada en 1991 con el David de Donatello, y que a veces recuerda a la de "Érase una vez en América", compuesta algunos años antes.
En 2009 se hizo un remake hollywoodense de la película, protagonizado por De Niro. Lo cierto es que no he visto esa película, por lo que no puedo opinar, pero me parece realmente difícil que pueda siquiera aproximarse en calidad al original. Extraña manía esta, de todos modos, de hollywoodizar todo aquello que huela a posible éxito, aunque sea robándole previamente el alma.
"Están todos bien" está repleta de escenas dignas de ser recordadas, algunas de las cuales mantienen el tono onírico a pesar de no tratarse propiamente de sueños ni ensoñaciones, como la visión de ese ciervo parado en mitad de la autopista, deteniendo el tráfico, los barrenderos que recogen las golondrinas muertes de la Fontana de Trevi, o las luciérnagas artificiales enfrente del Duomo de Milán. Y, sobre todo, la escena final de la película, en ese cementerio siciliano en un promontorio junto al mar.
No puede dejarse de mencionar la muy evocadora banda sonora de Ennio Morricone, especialmente apropiada en los paisajes oníricos, premiada en 1991 con el David de Donatello, y que a veces recuerda a la de "Érase una vez en América", compuesta algunos años antes.
En 2009 se hizo un remake hollywoodense de la película, protagonizado por De Niro. Lo cierto es que no he visto esa película, por lo que no puedo opinar, pero me parece realmente difícil que pueda siquiera aproximarse en calidad al original. Extraña manía esta, de todos modos, de hollywoodizar todo aquello que huela a posible éxito, aunque sea robándole previamente el alma.