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Spain Spain · Madrid
Tomine rating:
3
Horror. Fantasy. Mystery The eerie and deserted ghost town of SILENT HILL draws a young mother desperate to find a cure for her only child’s illness. Unable to accept the doctor’s diagnosis that her daughter should be permanently institutionalized for psychiatric care, Rose (Radha Mitchell) flees with her child, heading for the abandoned town in search of answers – and ignoring the protests of her husband (Sean Bean). It's soon clear this place is unlike ... [+]
Language of the review:
  • es
August 2, 2006
70 of 126 users found this review helpful
1


No he jugado al juego, pero estoy convencido de que el título no era casual. ¿Dónde está el silencio de esa colina silenciosa?

¿Dónde está el bisturí del dentista? ¿Dónde el escalofrío en la nuca, el abismo blanco de la esencia del terror?

¿Qué ha sido de la imagen en el cine americano? ¿Dónde han escondido el rigor cinematográfico, y al travelling, sustituído por un incesante movimiento viscoso, que masturba la vista y asesina la tensión?

Por todos ellos, que se han ido para no volver, un minuto de Silencio.






2
(Añadido a la crítica original)


Juegas al juego, lo experimentas y lo disfrutas. Te metes en él y te envuelve, ya forma parte de ti. Y no necesita referencias, ni ayudas, porque se defiende por sí mismo. Sin embargo, ves la película, y, para poder “juzgarla con validez”, o lo que es lo mismo, para poder apreciarla, debes ser un fiel seguidor de la saga de Konami.
Este error, uno de las más extendidos en esta página, supone que para poder expresar una opinión válida (los juicios, para los jueces) sobre “Los Pájaros” de Hitchcock, debes leer primero el relato de Daphne de Maurier. Para hablar de “OldBoy” de Chan-wook Park, léete primero el cómic del que parte. Para disfrutar de “Amadeus” acude a una representación de la “flauta mágica” y, por descontado, chápate la biografía del genio. O si no, cállate.
A saber si los programadores del juego no se habrán basado en un antiguo relato mongol para la realización de su obra. Pero su conocimiento no es necesario para ponderar el juego, ya que éste, al parecer, no lo necesita. Si la película no es el mismo caso, es que el film es efectivamente malo.
No sólo no creo que la opinión de los ignorantes del juego no sea válida, sino que incluso lo es más, al poner a prueba la capacidad del film para crear un mito sin ayudas, sin contaminaciones, y provocar una emoción original, y no el recuerdo de una pasada; no el desempolvamiento de una ajena, auténtica; no el borreguismo de un “uy, mira, como en el juego”.
Cada medio artístico tiene sus propios mecanismos de expresión. Esto implica que en el travelling de la escena 37 estará la obra. Que en el sol sostenido del crescendo final estará la obra. Que en la aliteración del párrafo inicial estará la obra. En la pincelada de la esquina inferior. En el intuitivo pulsar de un botón del mando al sentir acercarse un zombi entre la niebla. En ello estará la obra, que no es una idea etérea, flotante, que se puede transmitir por distintos medios sin que cambie. Si cambia el medio, cambia la idea. El concepto adaptación, desengáñense, no existe en el arte. En el arte sólo existe creación. Aunque parta de una base, desde el momento en el que el director coloca la cámara y grita “¡acción!” el juego desaparece para dar paso a la obra fílmica. Me lo dijo un loco que intentó “adaptar” la Gioconda a la escultura. Sólo consiguió crear una segunda Gioconda. Y, como a Cristophe Gans, le salió mal.
Tomine
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