Con este nuevo filme, Yorgos Lanthimos derrocha su potencial y nos muestra la capacidad que tiene para adaptarse a diferentes géneros y cómo es capaz de llevar a buen puerto las historias que se dispone a contar. “La favorita” se presenta omo una obra suntuosa y de un estilo diferente comparada con las otras películas dirigidas por él. Tal vez no se aparte mucho de la comedia negra que acompaña a sus obras, pero sí se adentra en profundidades existenciales poco tratadas en el cine actual y más que todo en el comercial.
La historia se centra a principios del Siglo XVIII, donde la reina de Gran Bretaña es la inestable y mentalmente débil Anna (Olivia Colman), la cual es solamente una imagen, porque la que gobierna realmente es su amiga Lady Sarah (Rachel Weisz). Sin embargo, con la llegada de Abigail (Emma Stone), todo cambia, porque debido a su encanto y dulce personalidad, encuentra en Sarah cierto interés y va escalando de simple sirvienta a confidente de la Reina.
De primera entrada da la impresión de ser uno de esos dramas históricos repletos de detalles biográficos que buscan estructurar un mensaje claro o detallado del personaje en descrito en pantalla, pero no es así. Lanthimos desarrolla una comedia mordaz, donde estudia temas como el egoísmo,la falta de moralidad, sumisión y dependencia y lo hace de una forma tan precisa que da gusto ver la película y el espectador desea más y más. Es un estudio universal y no arranca pelos sin sangre, porque critica elementos presentes en las relaciones sociales de la actualidad.
Como toda película de Yorgos Lanthimos, la propuesta puede tornarse y presentarse difícil de digerir, para muestra un botón, “El sacrificio del Ciervo sagrado” (2017) y “La langosta” (2015), filmes cargados de un desarrollo filosófico de grandes proporciones. Aquí, aunque tiene destellos de comedia, la sátira y todo el tratamiento escarba situaciones que podrían llegar a ser difíciles de comprender a primera vista.
Visualmente, y como ya ha pasado en sus obras anteriores, guarda mucha similitud al cine de Kubrick tanto en la puesta en escena como en sus formas de filmar. En este caso, se puede comparar mucho con “Barry Lyndon” (1975).
Las actuaciones de Colman, Weisz y Stone son soberbias, realmente excelentes y son el trípode que sostienen toda la película. Derrochan talento y da gusto verlas actuar juntas y de forma separada, da igual, la verdad es que son muy buenas actuaciones.
“La favorita” no es una película para todos los gustos, puede llegar a ser estremecedora, inquietante y muchas veces desagradables para espectadores acostumbrados a entretenimiento palomitero, pero aún así, es cine profundo y elegante, cine eficaz y certero que alcanza niveles óptimos para disfrutar de una exquisita historia como esta.