Una vez más son los efectos especiales los que salvan esta enrevesada película que para nada tiene la magia de sus antecesoras de la primera trilogía.
La película se exhibió por primera vez cuatro días antes de su estreno oficial, con el objetivo de recaudar fondos para las víctimas del atentado del 11 de septiembre.
En el despacho del Senador Palpatin, hay un sillón de espaldas a la gran ventana que es el mismo que usa Dark Sirius en "Star Wars VI: El retorno del Jedi".
Cuando Leonardo Di Caprio fue llamado para el casting de Anakin le comentaron que él tenía muchas posibilidades de acabar protagonizando el film, y le pidieron que por favor lo mantuviera en secreto. Nada más salir de la entrevista les dijo a la prensa que él sería Anakin definitivamente lo que provocó que le rechazaran.
La voz que se oye decir "¡Anakin, no!!", cuando Anakin venga a su madre matando a sus torturadores y a toda la tribu, es la de Qui-Gon Jinn (Liam Neeson).