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Uma rating:
10
8.1
24,666
Drama
A nurse is put in charge of an actress who can't talk and finds that the actress's persona is melding with hers.
Language of the review:
- es
November 24, 2010
11 of 15 users found this review helpful
"Persona" es una película de alto riesgo, no siempre recomendable. Para algunos puede resultar inócua, motivo de bostezos o de burla, pero para otros, sea cual sea su estrato social o la educación que lleve a cuestas, puede suponer una penetración de graves consecuencias. Principalmente puede provocar un giro en el modo de ver cine, puede arrancar bendas de los ojos y hasta puede hacer que esa persona, tocada por algo intangible, de repente, a partir de ahora, le exija otra cosa a una película.
Bergman hizo aquí algo que ya llevaba años ensayando, y logrando en mayor o menor medida. Con "Persona", sin embargo, el logro fue mayúsculo, pues fue un proyecto global en cuanto a concepto, que abarca cada centímetro de su metraje, y su punto de partida se situa donde la mayoría de películas con pretensiones terminan su recorrido. El terreno que pisa es distinto, se halla en otro escalón, en la superficie lunar o marciana. Parte del extremo.
Desde el extremo se llega irremediablemente a territorios vírgenes e inexplorados. Para hablar con claridad y sin metáforas (de las cuales sin duda suelo abusar), Bergman decide coger la cámara y llevar al límite lo que puede hacer con ella para contar una historia. Las únicas reglas establecidas con las que parte son, necesariamente, el encuadre y la luz. Nada más. Todas las otras reglas son nuevas, se van estableciendo ante los ojos de espectador sin ningún pudor, y en ese campo abierto en el que se mete, echa mano de elementos visuales y rítmicos surgidos de la pura creación artística, escarbando en los extremos del cine, descubriendo lo que una imagen, un diálogo, una situación, pueden llegar a dar de sí.
Ese experimento funciona especialmente bien por dos razones: en primer lugar, una vez establecidos los parámetros del juego, se somete a sus propias reglas, y jamás las traiciona. Y en segundo lugar, cuenta una historia, la cual es siempre reconoscible. Existe una historia tangible e intensa, con gran capacidad de subyugación. Y a la vez, subyace un inquietante análisis de la entidad humana, de su dualidad, de su complejidad, de su relación con el mundo exterior y con su propio mundo interior. Ambos niveles se rozan y hasta viajan fundidos en uno solo, y, como pocas veces en el cine, lo intangible se convierte, con solo luz y encuadre, en algo que casi se puede acariciar.
Todo lo comentado hasta el momento solo puede lograrse con un talento y una voluntad y un buen gusto estético y una capacidad de reflexión y un grado de valentía y... al alcance de muy pocos. Solo de algunos genios. Fabricar semejante espacio de cine supone atar mil detalles y lograr luego que todos alcancen el punto ideado en largas noches de insomnio. Arrancar de Liv Ullmann y de Bibi Andersson interpretaciones tan precisas en el grado de sutileza, trasladar esa idea a la imagen y a la fotografía, a la luz, obtener esos diálogos, esas voces, esos espacios, a veces tan cerrados y otras tan amplios, esos sonidos, esos ojos...
Bergman hizo aquí algo que ya llevaba años ensayando, y logrando en mayor o menor medida. Con "Persona", sin embargo, el logro fue mayúsculo, pues fue un proyecto global en cuanto a concepto, que abarca cada centímetro de su metraje, y su punto de partida se situa donde la mayoría de películas con pretensiones terminan su recorrido. El terreno que pisa es distinto, se halla en otro escalón, en la superficie lunar o marciana. Parte del extremo.
Desde el extremo se llega irremediablemente a territorios vírgenes e inexplorados. Para hablar con claridad y sin metáforas (de las cuales sin duda suelo abusar), Bergman decide coger la cámara y llevar al límite lo que puede hacer con ella para contar una historia. Las únicas reglas establecidas con las que parte son, necesariamente, el encuadre y la luz. Nada más. Todas las otras reglas son nuevas, se van estableciendo ante los ojos de espectador sin ningún pudor, y en ese campo abierto en el que se mete, echa mano de elementos visuales y rítmicos surgidos de la pura creación artística, escarbando en los extremos del cine, descubriendo lo que una imagen, un diálogo, una situación, pueden llegar a dar de sí.
Ese experimento funciona especialmente bien por dos razones: en primer lugar, una vez establecidos los parámetros del juego, se somete a sus propias reglas, y jamás las traiciona. Y en segundo lugar, cuenta una historia, la cual es siempre reconoscible. Existe una historia tangible e intensa, con gran capacidad de subyugación. Y a la vez, subyace un inquietante análisis de la entidad humana, de su dualidad, de su complejidad, de su relación con el mundo exterior y con su propio mundo interior. Ambos niveles se rozan y hasta viajan fundidos en uno solo, y, como pocas veces en el cine, lo intangible se convierte, con solo luz y encuadre, en algo que casi se puede acariciar.
Todo lo comentado hasta el momento solo puede lograrse con un talento y una voluntad y un buen gusto estético y una capacidad de reflexión y un grado de valentía y... al alcance de muy pocos. Solo de algunos genios. Fabricar semejante espacio de cine supone atar mil detalles y lograr luego que todos alcancen el punto ideado en largas noches de insomnio. Arrancar de Liv Ullmann y de Bibi Andersson interpretaciones tan precisas en el grado de sutileza, trasladar esa idea a la imagen y a la fotografía, a la luz, obtener esos diálogos, esas voces, esos espacios, a veces tan cerrados y otras tan amplios, esos sonidos, esos ojos...
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Esta película es, en esencia, arte, sin dejar jamás de ser una película, una ficción, una historia. Es el futuro, es lo que el cine todavía puede darnos, es una pista sobre lo que el cine puede llegar a ser si nos atrevemos llegar a sus extremos, un anticipo sobre el idioma que habla en esos confines. Una vez llegados allí, será el momento de que alguien, otra vez, busque nuevos extremos.