Michael Winterbottom cuenta en esta cinta con un reparto excepcional, sin embargo las expectativas se van a pique pronto cuando comprobamos que a pesar del buen hacer de Casey Affleck como personaje principal, el guión y el tempo de la película no son ni de lejos, los adecuados. No he leído la novela en la que se basa pero a buen seguro que es infinitamente más coherente que la historia que se desarrolla aquí.
Lo más destacable es Casey Affleck sin duda, con un personaje bastante sombrío. Jessica Alba no hace un trabajo especialmente destacable pero sí encaja en su personaje, y Kate Hudson y Elías Koteas en sus contadas apariciones hacen un trabajo correcto. Simon Baker igualmente traza un personaje correcto acosando a Affleck continuamente.
Los problemas no tardan en llegar con situaciones aparentemente inconexas y una trama que flojea con escenas y situaciones que sobran. Se excede en contarnos mediante flashbacks la infancia traumática del personaje y se pierde en pasajes demasiado vacíos y en escenas que carecen de interés.
La escena más dura de la cinta es como se ha dicho ya, la paliza a Jessica Alba. Realmente pienso que después de verla hace que sintamos aún más repugnancia por el personaje de Affleck, demostrando además que carece de sentimiento alguno.

Todo se va al traste al final en una secuencia absolutamente absurda que nos deja cavilando en qué estaba pensando Winterbottom cuando la filmó. Resulta una manera estupenda de tirar por tierra la última oportunidad de darle un final digno a todo esto. Sin embargo, se opta por la salida fácil y ridícula de una escena sin sentido alguno aparte de mal filmada.

Con todo resulta una cinta prescindible, que si no fuera por el rol de Affleck quedaría bastante lejos de ser recomendada. Podría haber dado mucho de sí posiblemente con alguien de más enjundia detrás de las cámaras.