Un anciano poeta se instala en un hotel, a las afueras de una ciudad de la cual no se nos desvelará el nombre, situado junto a un caudaloso río. Desde allí telefonea a sus dos hijos para que acudan a reunirse con él, hace tiempo que no los ve y los cita porque tiene el presentimiento de que va a morir muy pronto. En el mismo tiempo y lugar, una mujer joven que ha sido abandonada por su amante, un hombre casado; no soporta en soledad la depresión en la que ha caído y llama a una amiga, quien acude a su encuentro. La visión, desde la cafetería del hotel, por parte del poeta, de las dos mujeres en la nieve propiciará un breve encuentro con ellas que servirá de nexo de unión entre los personajes centrales de esta obra.

Hong Sang-soo escribe y dirige esta sencilla película en la que la acción es escasa, por lo que todo el interés que pueda tener recae en los diálogos. Todo transcurre con normalidad, sin grandilocuencia alguna, tanto en el encuentro padre e hijos como en el de las dos amigas. Charlas comunes, recuerdos de la vida del anciano con los hijos, quienes en ningún momento piensan que su padre esté cerca de la muerte, pues aparenta una buena salud para su edad. Entre las amigas hay en un principio menos conversación, no hace falta, la que ha acudido en socorro de la afligida sabe que el estar al lado de ella, el darle su cercana presencia, es lo mejor que puede hacer por su amiga en ese momento; aunque también dialogarán entre ellas, de sus respectivas parejas, y veremos que aquello que piensan de los hombres no es igual, su opinión sobre ellos no es la misma.

Por tanto, película simple en apariencia, si bien los sentimientos humanos, como ocurre en este caso, nunca lo son.