Cristian Mungiu, una de las figuras más importantes del nuevo cine rumano y director de esa escalofriante obra maestra llamada '4 meses, 3 semanas, 2 días', y de 'Más allá de las colinas', volvió a Cannes con su nueva película, 'Los exámenes'. Como siempre hasta ahora, el rumano tuvo gran éxito en la cita francesa obteniendo en esta ocasión el premio al mejor director (ex aequo con Olivier Assayas y su 'Personal Shopper').
El director rumano, fiel a su definido estilo de planos mayoritariamente estáticos y recreando con su habitual habilidad una atmósfera poderosa, elabora una compleja amalgama de conflictos morales. Todo esto, sin apartar la vista de la sociedad rumana, de la que se realiza una interesante disección -rasgo común en el cine actual de este país-. Gracias a la gran solvencia y eficacia a la hora de situar la cámara de Mungiu, y el uso de otros recursos audiovisuales (la utilización del sonido como motor fundamental de la narrativa), consiguen que pese a estar lejos de ser una gran película, sí sea una muy digna. Uno de los problemas que acarrea, está en un guion excesivamente dialogado, en los que todo queda innecesariamente verbalizado. También en la cantidad de conflictos que plantea y en la -lógica- necesidad de cerrar todos ellos, que termina por abarcar más de lo que probablemente se pueda permitir. Es este exceso el que aleja de la perfección a una película que podía haber llegado a ser más.
Empieza bastante errática, pero afortunadamente posee una última hora notable. Nadie puede dudar de que Mungiu es uno de los directores más apasionantes en activo, y aquí, hay varios destellos de ello. Al terminar la película queda una sensación agridulce: la de haber contemplado algo realmente desasosegante durante dos horas, pero también la decepción de no ser tan brillante como cabría esperar.
'Los exámenes' es una película ligeramente fallida, pero con momentos de gran cine, y que no hará que las dos horas empleadas en ella sean en vano. Lo que hay que reconocer es que en esta ocasión, el otro rumano que competía en Cannes, Cristi Puiu, le ha ganado la partida por bastante diferencia con la monumental 'Sieranevada'. Aunque injustamente, fue él quien se fue de vacío.

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