Un thriller psicológico brutal, muy bien desarrollado y finalizado. El argumento esgrimido para justificar la acción es de máxima actualidad lo que podría ocasionar situaciones tendenciosas hacia el simplismo o el maniqueismo político. Una narración intensa y maravillosa en la que imperan los sobresaltos y los giros lo evitan, suplantando repetidamente a lo largo del filme a víctimas y verdugos. Únicamente la rúbrica final, tras todo lo acontecido, no se escapa de cierta moralina y podría ser obviable.
Luego está ese espléndido actor llamado Luis Tosar, tan verosímil como siempre, elección perfecta como el padre afligido y acongojado por la situación, que le supera, que le tiene pegado al asiento y con la vida suya y la de sus hijos en juego. Un recital más. Pero todo el reparto, en general, está fantástico. Todos logran transmitir el desasosiego y la incertidumbre que se requiere gracias a un guión que enseguida se pone en marcha, sin previo aviso, y que sobrecoge y te mete de lleno en ese coche.
De los mejores thrillers policiacos y de suspense hechos en años en España.

Nota: sé que es una tentación abrir el spoiler, pero si no se ha visto la película, sí que recomiendo, en ésta ocasión, no hacerlo. Hasta después.