Me encanta Harry Potter. Me sumerjo en sus libros cuando estoy deprimido y me hace sentir el niño que está aún latente en mi interior. Me gusta muchísimo más leer y releer estos libros que ver las películas, pero he de reconocer que son muy buenas. La que nos ocupa en esta crítica, la sexta es para mi la mejor hasta ahora. Es verdad que se permite licencias, siempre muy criticadas en este tipo de adaptación, pero están muy bien.

Es una película divertida, emocionante, con acción, amor, celos, intriga, clara y oscura, triste y alegre, trágica y cómica... es el libro en si mismo, al fin y al cabo, y eso me encanta.

Los chicos vuelven a bordarlo en sus actuaciones. Los mayores, ya ni os cuento, es un reparto impresionante el de esta película y muy bien dirigidos. La música, que conserva la esencia de la saga, vuelve a ser soberbia. Los efectos especiales, espectaculares y justificados (algo difícil de ver en el cine actual). En definitiva, me parece una película infravalorada.

Realmente le pondría un 8,5 a esta película, pero le casco un 10 para poner de relieve así mi discrepancias como fan de la saga del resto de seguidores que la critican.

Deseando ver la séptima, sólo queda una semana cuando escribo esta crítica.