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Sines Crúpulos rating:
5
Comedy Uncouth, loud-mouth junkyard tycoon Harry Brock descends upon Washington D.C. to buy himself a congressman or two, bringing with him his mistress, ex-showgirl Billie Dawn. Brock hires newspaperman Paul Verrall to see if he can soften her rough edges and make her more presentable in capital society. But Harry gets more than he bargained for as Billie absorbs Verall's lessons in U.S. history and not only comes to the realization that ... [+]
Language of the review:
  • es
February 21, 2009
22 of 38 users found this review helpful
Eligen a un periodista como paradigma de cultura (porque se sabe los nombres de los 50 estados de carrerilla), cuando todos sabemos de sobra que el 82.73% de las personas de este colectivo, no alcanzan la ya de por sí baja y vulgar media en cultura general de cualquier territorio, a parte de no hablar bien, escribir mal, y lo que es peor, no saber leer ni escuchar.
Y como paradigma de analfabetismo eligen a una rubia; un botijo tanto física como psicológicamenter por el que resulta poco creíble que puedan perder la cabeza ni el tosco y ambicioso Crawford (grandísimo actor de interpretaciones similares a las de Victor McLagen) ni el fino y correcto Holden, pero en fin…

En esta fuente de inspiración de My Fair Lady, Granujas de Medio Pelo o Pretty Woman, queda bien demostrado que si te calzas unas gafas de pasta dejarás automáticamente de decir mondarinas, cocretas o candelabro.

Esta comedia contiene uno de los misterios más serios del cine: el porqué estas 3 acciones quedan siempre bien en el séptimo arte:

dar fuego a alguien,

pinchar un vinilo de jazz con una copa en la mano y

jugar a las cartas.

La partida que juega el matrimonio es colosal. Del mismo modo resultan hipnotizantes los finales de El Apartamento y Viridiana, o la majestuosa partida de mus de El Crack, sin olvidar los clásicos piques de pócker de infinidad de películas.
Sines Crúpulos
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