Hace no mucho tiempo, refiriéndome a Luc Besson, dije que como director todavía no había encontrado la película que me hiciera rendirme a sus pies. Pues tras ver “Lucy” tengo que seguir reafirmándome en lo dicho anteriormente, y mira que era una película con los mimbres suficientes para convertirse en un pilar en la filmografía del realizador galo, pero por desgracia se queda en agua de borrajas.
“Lucy” es una sci-fi de acción en la que parece que Luc Besson hubiese sido poseído por el espíritu de Christopher Nolan. El ser humano solamente utiliza el 10% de su capacidad cerebral, pero es entonces cuando la joven que da nombre a la película sufre un accidente haciendo de “mula”, lo que le provoca ir aumentado su capacidad cerebral hasta el tan desconocido como peligroso 100%. Esto como trama y como punto de partida está muy bien, tanto que no parece una película de Besson, ahora bien, el desarrollo de “Lucy” deja mucho que desear. Antes decía que el film era una sci-fi de acción, y siendo sincero en ambas cosas hay lagunas, siendo más profunda la de lo segundo. “Lucy”, como cinta de acción, es muy floja; la buena de Scarlett Johansson siendo perseguida por una tropa de mafiosos coreanos típicos y tópicos es muy de serie B. Cierto que hay un par de escenas de las que se recuerdan, pero es que en lo argumental esa parte del film es absolutamente de patio de colegio y sin demasiado interés. Luego en la parte puramente sci-fi “Lucy” mejora ostensiblemente, aunque se nota que a medida que va avanzando la historia esta se le va un poco de las manos a Luc Besson, seguramente por no estar acostumbrado a este tipo de ciencia-ficción.
Al final “Lucy” es una película de más grato recuerdo como espectador que como cinéfilo. Luc Besson ha intentado coger al Bryan Mills de “Venganza” (Pierre Morel, 2008) para convertirlo en mujer, previo paso por el filtro de la sci-fi, pero el tiro dista mucho de haber acertado en el blanco. “Lucy” podría haber sido una mejor película si hubiese gozado de más y mejor equilibrio entre la acción y la ciencia-ficción; había buena intención, pero no se puede vivir solo de eso.