Excelente obra de terror filmada con un presupuesto muy reducido y en apenas unos días de verano. Hooper no construye la típica película en la que van cayendo uno tras otro sin guión, sino que se esfuerza en ofrecer un producto creíble y que provoca tensión al espectador. Además, le acompañan unos actores prácticamente sin experiencia que trabajan a buen nivel y especialmente la protagonista, Marilyn Burns, con unas muecas de terror alucinantes.

Leatherface se convierte en un 'monster freak' inolvidable, de la misma forma que se presenta a la familia del mismo como inquietamente siniestra (mención especial al abuelo que parece tener 200 años).

En definitiva, una historia de miedo que va creciendo paulatinamente a medida que avanza la película y cae la noche. La noche más larga de un grupo de adolescentes que encuentran una casa misteriosa. Un recurso que ha sido empleado en muchísimas películas, pero que en este caso se le dota de tintes especiales por su habilidad en el desarrollo y composición de las escenas. Y sobre todo porque te queda la sensación de que has visto una auténtica película de terror, de forma que en la comparación con muchas actuales perderá en efectos especiales pero gana en guión.